El artista Juan Genovés recogió ayer la Medalla Sant Carles de la Universitat Politècnica de València (UPV) recordando a sus compañeros de juventud. Eusebio Sempere, Joaquín Michavila, Vicente Castellano, Vicente Aguilera... «Mi deber es contarles a ustedes lo que fue aquella juventud», aseguró Genovés al recoger el reconocimiento ante decenas de personas en la Facultad de Bellas Artes de la UPV. «Tenía que venir, no podía traicionar a mis compañeros del alma. La juventud tiene la fuerza del arte naciente, por eso quiero que mi historia y la de mis compañeros sirva como ejemplo para las nuevas generaciones», relató el artista, que recogió la medalla de la UPV junto al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA).

Genovés también reconoció estar haciendo un esfuerzo al asistir al acto. «No suelo ir a eventos, dedico las pocas fuerzas que me quedan a trabajar», reconoció el artista, que el próximo mes de mayo cumplirá 90 años.

Genovés recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1984 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2005. Sin embargo, considera que no es muy «de reconocimientos. «Los premios no son tan importante como el arte en sí». Durante su discurso, el valenciano quiso llamar la atención sobre la situación de los jóvenes artistas. «Me gustaría que todos los amantes del arte hicieran un esfuerzo por comprar obra de artistas jóvenes. La situación que viven en la actualidad es tremenda», lamentó, ya que él vivió una época en la que «todo estaba por hacer». «Cambiamos el panorama artístico sin recursos. No había nada, era un desierto. Quisimos hacer arte en un momento donde todo estaba prohibido. Se nos consentía porque caímos simpáticos a la prensa», rememoró Genovés sobre su época en el grupo de Los Siete, junto a Vicente Castellano, Joaquín Michavila y Eusebio Sempere. «Nos agarramos a la pintura como un clavo ardiendo. Formamos un grupo maravilloso».

Según Genovés, ellos tuvieron que aprender en una España mediocre. «Nacimos en una época ignorante, no recibíamos ni una sola revista extranjera. No sabíamos nada del arte que se hacía en el mundo. Teníamos unos profesores horribles, unos enchufados del régimen, porque los buenos, como Josep Renau, estaban en el exilio. Para mis profesores, el arte se resumía en dos pintores: Velázquez y Sorolla. Nos decían: '¡No utilicéis el negro! Sorolla no lo usaba'. Mientras nos decían eso, se había inventado el cubismo ¡Y nosotros sin saberlo! Decidimos ir en contra de Sorolla y utilizar el negro más que ningún otro color», explicó entre risas Genovés.

El artista es conocido popularmente por su obra El abrazo (1976), que simbolizó la época de la Transición española. Aunque según el valenciano, España «todavía no ha salido de la oscuridad» y apuntó un tema pendiente en la agenda de los gobernantes culturales: La ley del mecenazgo. «Será la salvación de los artistas plásticos, ya que actualmente existe un coleccionismo muy frágil».

A sus 89 años, Genovés sigue pintando en su taller. «Trabajo en cuadros cada vez más grandes», ya que según él, «no he perdido la ilusión». El valencianos ha transmitido su amor por el arte a toda su familia. De hecho, en junio inauguró su primera exposición junto a sus hijos, Pablo, Silvia y Ana, en el Centro Niemeyer de Avilés.