Es el último democristiano valenciano, en el sentido extenso del concepto formulado por Jacques Maritain y Emmanuel Mounier que construyó, junto con la socialdemocracia, el periodo de paz más largo que ha conocido Europa. Ese humanismo ejercido durante cuarenta y cuatro años de docencia se han plasmado en Historia, Pensamiento y Humanismo actual. Libro homenaje al profesor Federico Martínez Roda, coordinado por Alfredo Esteve Martín y editado por la Universidad Católica de València (UCV).
Es difícil encontrar un reconocimiento tan amplio después de una larga vida profesional, pues el libro consta de 40 capítulos redactados «por personas que valoramos profundamente la labor realizada por el profesor Federico Martínez Roda», escribe Ginés Marco, decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades de la UCV. Cuarenta y tres autores procedentes de nueve universidades distintas, de cuatro instituciones académicas de primer orden y de varios institutos. Desde sus primeros años de profesor en el instituto de Utiel a su intensa labor investigadora registrada en noventa obras publicadas individual o colectivamente entre libros, artículos y tesis doctorales dirigidas.
Intento de consenso
Martínez Roda es un centrista de la vieja escuela, de aquellos que huyen del titular estridente para buscar el consenso básico. Hasta el último momento lo buscó en la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), desde que accedió al decanato en 2016 con la intención de llevarla al constitucionalismo, o sea al régimen estatutario que reconoce a la Academia Valenciana de la Llengua (AVL) como la entidad que regula el uso y enseñanza del valenciano. Estuvo a punto de conseguirlo, pero la sombra del involucionismo es muy grande en la derecha extrema valenciana.
Se refiere con pesar «al actual deterioro institucional» de la centenaria entidad en el primer capítulo del libro «Relato en primera persona», donde agradece el reconocimiento escrito. Con todo, cuatro académicos de la RACV se ha sumado al homenaje, entre ellos Enrique de Miguel, que le precedió en el decanato, los catedráticos de la Politécnica Francisco García García y José Manuel Vela, además de Jaime Siles, el catedrático y poeta al que le une más de medio siglo de amistad, desde su coincidencia en primero de carrera de la licenciatura de Filosofía y Letras. Allí tuvo de profesores a Julián San Valero, Joan Reglà, Antonio Ubieto y Vicent Mª Rosselló, quién le dirigió la tesis doctoral.
Esa primogénita vocación de historiador le llevó a estudiar Derecho. Y de ahí también a la gestión educativa, con ocho años como director de instituto (1975-1983) en Utiel y Mislata, siete años ejerciendo de secretario general del CEU Cardenal Herrera de València (2001-2017) y dos años como vicerrector de profesorado del CEU San Pablo en Madrid.
El símbolo de Vives
La fotografía de la portada de Historia, Pensamiento y Humanismo actual es la estatua de Lluís Vives del claustro de La Nau con el típico maletín de profesor universitario. «La portada de este libro responde a mi admiración por Luis Vives, desde mi juventud hasta hoy», admite Martínez Roda. «La presencia de Luis Vives en el centro del claustro del edificio original de la Universidad de Valencia es un símbolo de mi manera de ver la vida. Presencia que la teníamos cotidianamente mientras cursábamos los primeros años de la carrera de Filosofía y Letras, en los que una de las inocentes gamberradas era colocar la cartera de alguno de los compañeros de clase que se despistaba en la mano extendida de la estatua de Luis Vives, que todavía permanece allí», y remata con «esta confianza con el gran humanista valenciano sólo se puede tener cuando se está tan cerca de donde nació».
El libro es un volumen de más de 850 páginas que repasa desde la investigación las preocupaciones intelectuales de Martínez Roda, desde la fauna mitológica valenciana, la historia y geografía autóctona, la economía, la ley, Iberoamérica y como no Requena y su estación enológica.
El decano de Filosofía de la UCV Ginés Marco remarca que «deba adjetivar el legado de nuestro homenajeado, y afirmar que ha ejercido una docencia rigurosa y excelente, una gestión honrada y eficiente, y una investigación solvente y referencial».
Este requenense por vía materna y de padre bodeguero del Grau que subió a Requena para impulsar el negocio familiar, declaró hace casi cuatro años (en febrero de 2016) a Levante-EMV que «el Diccionari de l'AVL es el de todos los valencianos», y que «la polémica hoy está más entre los lingüistas, entre incluir determinadas palabras o no». En definitiva, el pensamiento de alguien que siempre ha trabajado por la verdad académica, la única que resiste las coyunturas.
