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Entrevista

Rosángeles Valls: "La danza se ha superado a sí misma"

«Ananda Dansa no finaliza su recorrido porque nos falta trabajo, sino porque estamos cansados. Hemos luchado mucho»

Rosángeles Valls: "La danza se ha superado a sí misma"

A Rosángeles Valls le cuesta hablar en pasado sobre Ananda Dansa, la compañía que hace casi 40 años fundó junto a su hermano Edison. Un Premio Nacional y diez Max después, Ananda echará el cierre el próximo viernes en Les Arts con «Âtman, el comiat», una pieza dedicada a una de las mayores lacras sociales de nuestro tiempo, la violencia de género. Será la última producción de la compañía de Paterna. Un punto de inflexión en la carrera de la coreógrafa, que solo tiene una cosa clara: Ananda echa el cierre, pero no Rosángeles Valls.

P ¿Qué tiene «Âtman, el comiat» para ser la obra de despedida de Ananda Dansa?

R Está concebida como el último acto artístico de la compañía. Bajo ese prisma se ha hecho la creación. Cuando uno piensa que la estructura de la compañía va a desaparecer y que por tanto va a ser complicado volver a hacer una obra se plantean muchas cosas. Lo primero que se me pasó por la cabeza es que tenía que ser algo sincero, de corazón, y algo que reflejara toda una vida dedicada a la danza. Pero esta disciplina se basa en el trabajo en equipo. Edison y yo hemos sabido mantener ese equipo, esa cédula cultural con Pep Llopis, Pascual Peris, con los técnicos y, sobre todo, con mis grandes amores, los bailarines. Tenía claro que si en «Alma», el espectáculo con el que celebramos los 25 años de la compañía, rendimos homenaje al equipo de Ananda Dansa, ahora, al despedirnos, quería integrar una muestra de esos bailarines que han pasado por la compañía. Ellos son el espíritu de esta compañía.

P De ahí el título.

R «Âtman» es «Alma» en sánscrito. Decidí añadirle «el comiat» porque me gusta mucho la definición de la palabra 'despedida': «Licencia para marcharse, permiso para irse».

P Ha elegido cerrar la compañía con un tema muy actual, que es la violencia de género.

R Ananda Dansa es una compañía comprometida y progresista, y debía irse con un tema que mereciera la pena. La violencia machista es un tema muy candente para mí. Me hace daño. Subirla al escenario es una obligación para los artistas. «Âtman» es una pieza que parte de la oscuridad, de esas mujeres que han muerto a manos de las personas que supuestamente más las querían y delante de los peores testigos, que son los hijos.

P Parece la trama de una tragedia griega a la que estamos muy acostumbrados.

R Es increíble ver cómo somos testigos de algo tan macabro. Creo que ya está bien. Esto no puede seguir pasando.

P ¿Hay solo oscuridad?

R No, porque hay alternativas. La pieza parte de la oscuridad, pero conduce hacia la luz porque las víctimas no están solas. Cuando ellas se atreven a salir y a denunciar, ahí estamos todas. Y todos, porque también hay hombres buenos. No es que ellos nos apoyen, es que todos tenemos que estar juntos en esto. Hemos de dar la mano a las mujeres que están dispuestas a salir. Eso contribuirá a que nuestra sociedad sea más justa y equitativa. También tenemos que ayudarles a que sus hijos recompongan sus vidas. Todo ello lo plasma «Âtman, el comiat». La segunda parte es sumamente emotiva, tiene un subidón tremendo. «Âtman» es como el tema del que se inspira, inmenso. Da mucho de sí. Me siento sumamente agradecida por todo el equipo que tenemos y que está fortaleciendo la pieza y haciendo de ella una verdadera obra de arte.

P ¿Se propuso reflejar los casi 40 años de trayectoria de Ananda Dansa?

R No. Para nada. Los casi 40 años de historia están ahí. Reflejar eso sería mirar al pasado. Creo que hay que mirar al presente y al futuro. Nosotros no nos vamos porque no nos contraten, sino porque creemos que hemos cumplido un ciclo. No nos ha faltado nunca presencia en los escenarios, hacemos giras, hemos conseguido mantener una compañía con 15 personas...Hemos luchado mucho. Estábamos hartos de pagar el IVA por adelantado y de pedir subvenciones que no llegan para mantener el nivel... Cada vez hay que trabajar más para llegar al mismo sitio, cada vez cuesta más hacer un espectáculo con un nivel aceptable porque todo es más caro... Todo eso es verdad, y todo eso nos ha llevado a cerrar la estructura. Estamos hartos de luchar porque ya llevamos muchos años, pero no nos ha faltado ni el reconocimiento artístico ni la generosidad del público.

P Ananda Dansa cierra la persiana, pero no Rosángeles Valls.

R Por supuesto (ríe). Seguiremos trabajando, pero sin una estructura que mantener en pie como era la compañía.

P ¿Qué proyectos espera encontrarse?

R Pues eso mismo me pregunto yo (ríe). Creo que todavía no he asimilado lo que va a suponer para mí. Estoy en mitad de una vorágine de ensayos. En cuanto se acaben las representaciones de la pieza me sentiré fatal. Los voy a echar tanto de menos... Si te digo la verdad, creo que me voy a dedicar a ver a esas amigas que no veo nunca y a recomponer mi vida. Soy vicepresidenta de la Academia de las Artes Escénicas, que tengo muy abandonada por los ensayos.

P Usted y su hermano Edison fueron pioneros en el sector al unir teatro y danza. ¿Cómo cree que dejan el panorama artístico?

R Nosotros siempre hemos tenido una manera de hacer muy particular. Hemos hecho una «danza dramática» que ha sido visible. Veo que la danza se ha pasado a sí misma. Hemos pasado una época de hermetismo, y ahora se está trabajando muy bien a partir de la técnica. Se ha entendido perfectamente que la técnica es como la escritura, si no tienes faltas de ortografía puedes escribir muy bien, pero si practicas mucho quizá puedas escribir una novela. Las compañías están trabajando actualmente a un nivel creativo y técnico muy alto. Hay mucho talento en España, solo hace falta regular la situación de los artistas.

P Ya tenemos un nuevo Ejecutivo ¿Qué le pide al nuevo responsable del Ministerio de Cultura?

R Le pido que otorgue de dignidad a las personas que trabajamos en él. Es imprescindible que los coreógrafos y los bailarines puedan tener una vida digna, no una vida sin seguridad social y sin jubilación. Si eso se pone en marcha en la presente legislatura sería fantástico. Aunque si le digo la verdad, llevamos hablando de esto 30 años y todavía no se ha conseguido.

P ¿Qué le pide a los programadores?

R Que igualen la danza al teatro, ya que actualmente tiene una presencia del 25 % en los escenarios. Este porcentaje tiene que ir en ascenso.

P ¿Qué hay del ámbito local? La anterior coordinadora del TEM, Olga Álvarez, dio visibilidad a la danza; La Mutant ha sido proclamado como un espacio de artes vivas... Y también tenemos festivales como el 10 Sentidos, el Circuito Bucles, Dansa València...

R El objetivo ha de ser normalizar la danza, no apartarla a determinados espacios. València es demasiado dada a los festivales. La danza tiene que estar con normalidad en las salas públicas. Las pequeñas salas, como Carme Teatre o Espacio Inestable, son las que se han arriesgado programando danza cada fin de semana. Estaría muy bien que La Mutant se especializara y que grandes compañías de danza viniesen al Teatro Principal, que es nuestro gran teatro público.

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