El poeta valenciano Josep Bonet Segura (Almoines, 24 de agosto de 1951) murió el martes a los 68 de años, según informó ayer el Consell Valencià de Cultura (CVC), entidad que ha expresado sus condolencias por la desaparición de un autor «que marcó profundamente a una serie de poetas valencianos de su generación».

El nombre de Bonet -que falleció en el Hospital de Gandia, donde permanecía ingresado a causa de un cáncer- «quizás no dice gran cosa a la mayoría de los jóvenes escritores valencianos ni a los lectores de poesía en general, entre otras razones porque él mismo decidió, hace muchos años, renunciar a una vida literaria pública e, incluso, a publicar de una manera constante». «Se puede decir que no quiso tener una vida de escritor y ni siquiera él se consideraba como tal», aseguró el CVC. Pero Josep Bonet, «marcó profundamente» a una serie de poetas valencianos de su generación a partir de la publicación de Carn fresca, poesia valenciana jove (1974), editada por Amadeu Fabregat en la editorial Estel, donde aparecieron algunos poemas suyos.

Además, el CVC subrayó su «agudísima inteligencia lingüística, en una intuición que enseñaba qué era lengua y que no lo era». «Detectaba detalles casi inapreciables y los podía iluminar para elevarlos si los consideraba buenos, o para destruirlos si no los consideraba ni dignos de reciclaje», incidió el Consell Valencià de Cultura.

Profesionalmente se dedicó a la publicidad, hizo guiones de cine, letras de canciones, prosa administrativa y traducciones. Trabajó en el sector privado y en la empresa pública y durante veintitrés años en el Consell Valencià de Cultura.