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Representación

Neurosis, odio y muerte en la ópera

Les Arts retoma hoy con "Elektra" el repertorio alemán con una producción a la altura de una de las obras más impactantes de la historia

Neurosis, odio y muerte en la ópera

El autor: prestigio consolidado

En 1905, después del gran éxito de «Salomé», Richard Strauss (1864-1949) se convirtió en el compositor más prestigioso de su tiempo. Dos años antes en Berlín, había asistido a la tragedia basada en la obra de Sófocles «Elektra», de Hugo Von Hofmannsthal, quien le convenció para trabajar juntos convirtiendo la obra de teatro en un drama operístico. Sería la primera de las seis colaboraciones entre el músico y el escritor. Fue estrenada el 25 de enero de 1909 en Dresde.

La Obra: una ópera freudianaPredominantemente femenina, presenta un formidable trío interpretativo para soprano dramática (Electra), soprano dramática-joven (Crisostemis) y mezzosoprano o contralto (Clitemnestra). Es una obra provocativa y vanguardista e hija de su tiempo: un paradigma de neurosis obsesiva condicionada por la teoría del psicoanálisis de Freud que se estaba difundiendo a principios del siglo XX.

Los protagonistas

Iréne Theorin (electra)

Por consejo de un vecino, inició con 27 años (y tres hijos) sus estudios de música en Gotemburgo y dos años después ya formaba parte de la Ópera de Copenhague con Ingrid Bjoner, Birgit Nilsson y Susanna Eken.? Se destaca en roles wagnerianos, especialmente como Brünnhilde en «El anillo del nibelungo» en el nuevo Royal Theater de Copenhague, Núremberg, Peking, Köln, Semperoper Dresden, Tokio, Covent Garden, Ópera Alemana de Berlín , como Brünnhilde de «Siegfried» en el Liceu de Barcelona, y como Isolda, con la que hizo su debut protagónico en el Festival de Bayreuth en 2008 (había cantado en 2000 como Ortlinde dirigida por Giuseppe Sinopoli), papel que ya había cantado en Essen y Bruselas. Al Festival regresó con el mismo papel en las reposiciones de la obra en 2009, 2011 y 2012.

Doris Soffel (clitemnestra)

Una de las grandes mezzos de nuestro tiempo y la única de origen alemán que ha hecho carrera como cantante de bel canto. Con más de cuarenta años de carrera, su reconocimiento internacional llegó interpretando a Sesto en «La clemenza di Tito» en la Royal Opera House en 1982.

Sara Jakubiak (crisostemis)

La estadounidense ha sido elogiada por el New York Times como una «soprano impresionante» y por Opera News como una «cantante talentosa». Volverá a interpretar el rol de Chrysothemis en el Convent Garden.

Štefan Margita (egisto)

Cantante eslovaco con una activa carrera internacional desde 1981, comenzó con papeles de tenor lírico, pero en los últimos años ha abordado una serie de personajes de tenor dramático en teatros como La Scala, la Royal Opera o la Bastille.

Dirección musical: Marc Albrecht

Hijo del director de orquesta alemán George Alexander, el pasado año fue galardonado con el Opera Awards e invitado en las temporadas de ópera del Covent Garden, París, Berlín, Múnich o los festivales de Bayreuth y Salzburgo. Ha sido director de la Nederlands Philharmonisch Orkest. Debuta en València.

Dirección de escena: Robert Carsen

Uno de los directores de escena más admirados y solicitados del planeta ópera en las tres últimas décadas. Muchos de sus montajes han entrado desde su estreno en la mitología de la escenografía moderna, recibiendo una y otra vez reposiciones en teatros de todo el mundo.

ACTO I

Las sirvientas comentan la extraña y hosca conducta de Electra, hija de Agamenón, que ha dejado el hogar familiar tras la muerte de éste para vivir su dolor al margen de todos, rechazando el contacto humano. Cuando queda a solas, Electra expone el objetivo de su existencia: vengar a su padre, asesinado por su esposa Clitemnestra y su amante Egisto a su regreso de la guerra de Troya. Para ello confía en su hermano Orestes, que permanece desaparecido y al que espera para que le ayude a consumar sus deseos. Pero la noticia de la muerte de Orestes hace que Electra piense en vengarse ella misma y pide ayuda a su hermana pequeña Crisostemis. Pero realmente Orestes había fingido su propia muerte y, finalmente, cumple con la venganza matando a su madre y al amante de esta. Crisotemis llega gozosa: su hermano está vivo y los asesinos muertos. Insta a Electra a unirse a la celebración, pero ésta se entrega a una danza de salvaje felicidad y cae muerta ante sus ojos.

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