El torero valenciano Vicente Ruiz, «El Soro», de 57 años, ingresó de urgencia ayer por la mañana en la UCI del Hospital Clínico de València a causa de una grave sepsis que desencadenó en fallos renales, angustia y fuertes dolores de estómago.

«Está muy grave, solo nos queda ampararnos a la Virgen de los Desamparados, a la que tanta fe le tiene Vicente, para que esté mejor porque él es una persona muy fuerte y, como ha sido deportista en su juventud, se ha sobrepuesto a muchas adversidades. Es un ejemplo de capacidad y tenacidad», contó ayer su pareja, Eva Rogel, a Levante-EMV.

Al cierre de esta edición, el diagnóstico era el mismo: ingresado en la UCI en una situación «muy grave, pero con una ligera mejoría» a la que hacía frente con un tratamiento a base de diálisis, morfina y antibióticos. Fuentes cercanas al torero también confirmaron que anteanoche se le practicó la extremaunción por petición del mismo diestro.

El Soro, que de novillero logró recuperar la pasión por los toros en los pueblos de l'Horta y enarboló el argumento de València por el resto de plazas del mundo en los años ochenta, sobrevivió a 39 operaciones en su pierna izquierda y ahora se enfrenta al toro más difícil de su vida: su corazón. El Soro, antes de someterse a un cateterismo hace dos semanas, aseguró a este periódico desde la habitación del hospital que «voy a dar guerra, a este toro también le voy a cortar las orejas, pero los primeros días me asusté mucho porque pensaba que todo se acababa».

Inicio de su recaída

Todo empezó el pasado viernes por la noche, cuando el diestro valenciano empezó a tener un «fuerte dolor en su rodilla izquierda -la afectada- porque cuando la doblaba se resentía mucho y se le había inflamado», siguió contando Eva Rogel. Asimismo, se trasladó al Hospital 9 d'Octubre para ser intervenido con el objetivo de mejorar la situación de la extremidad, la misma en la que el doctor Pedro Cavadas le colocó una prótesis biónica y con la que incluso llegó a torear en Xàtiva durante 2014 y en 2015 y 2016 actuó en la Feria de Fallas.

Después de sacarle el líquido de la rodilla, los galenos comunicaron a su familia que «su rostro no tenía buen aspecto» y, por ello, desde el viernes hasta ayer estuvo hospitalizado en el mencionado centro.

Ante los fuertes dolores de riñón, ayer a primera hora de la mañana lo derivaron al servicio de Nefrología del Hospital Clínico para seguir con el tratamiento y, al empeorar su situación, lo ingresaron directamente en la UCI para «estabilizarlo». Hay que recordar que el diestro de Foios había recibido el alta hace seis días, tras permanecer otros cinco ingresado en el Clínico por varias anginas de pecho, fuertes dolores en el pecho y arritmias que derivaron en mareos. Por ello, fue sometido a un cateterismo, que alumbró que las venas periféricas del órgano vital sí que estaban deterioradas pero las principales arterias no, y recibió un tratamiento conservador a través de fármacos ante la imposibilidad de operación. «No quería comer, tampoco quería hablar por el móvil ni recibir visitas. No respiraba muy bien, se ahogaba a la hora de mantener una conversación y dormía durante todo el día, parecía casi sedado debido a la fuerte medicación que llevaba», relató su mujer sobre los días que pasó en su domicilio familiar.

En abril de 2018 tuvo que ser intervenido tras sufrir un infarto de miocardio en la plaza de toros de Roquetas de Mar (Almería) antes de que comenzara el homenaje que se le iba a tributar. Ante la petición de ser operado en València, los responsables del Hospital de El Ejido accedieron a concederle un alta pactada y el torero de Foios salió de la localidad almeriense en el coche particular de su pareja con tan solo un parche de nitroglicerina y una lista de los hospitales que había en el camino por si tenían que parar de urgencia. Tras un viaje de más de seis horas y media, El Soro fue ingresado a su llegada en la UVI del Clínico para colocarle un estent en la arteria coronaria.

Sus hazañas taurinas

Respecto a sus hazañas en el mundo del toro, cabe destacar su fuerte competencia con Jose María Manzanares, Paquirri o Dámaso González; los «No hay billetes» del cartel de los banderilleros junto a Víctor Mendes y Luis Francisco Esplá; o los mano a mano con Espartaco y Enrique Ponce. Estas referencias marcaron una carrera que arrancó el 14 de marzo de 1982 en la plaza de toros de València cuando Paco Camino le dio la alternativa en presencia de Pepe Luis Vázquez y se truncó con la lesión de rodilla que padeció en abril de 1994 en Benidorm, en su momento de plenitud profesional, cuando se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda que le apartó de los ruedos.

Esta lesión de rodilla también le hizo temer por su vida en julio del año pasado pero, de nuevo, Pedro Cavadas limpió la articulación afectada por una grave infección y le devolvió la movilidad, como ya hizo en 2009 cuando le puso la prótesis biónica.