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Cambio

Sociedad Filarmónica (y peregrina)

La centenaria institución trasladará provisionalmente sus conciertos al Ateneo y a l'Almudí por el cierre del Palau de la Música y el alto coste del auditorio de la Fundación Bancaja - La entidad estudiará fijar su sede en el Ateneo a partir de la próxima temporada

Concierto de Año Nuevo a cargo de la Orquesta del Mediterráneo celebrado el pasado 2 de enero en el Ateneo Mercantil de València. m. a. montesinos

Con más de un siglo de historia a sus espaldas y sin haber interrumpido nunca, ni siquiera durante la Guerra Civil, sus referenciales temporadas de música en directo, la Sociedad Filarmónica de València (SFV) acaba de iniciar un peregrinaje en busca de un lugar en el que celebrar sus conciertos.

El cierre el pasado verano por desprendimientos del Palau de la Música, cuya sala Iturbi llevaba acogiendo las actuaciones de la SFV desde 1987, y la imposibilidad de asumir el coste por velada que la institución tiene que abonar ahora por utilizar las instalaciones de la Fundación Bancaja, han llevado a este histórico club de melómanos con cerca de 300 socios a buscar un nuevo escenario estable para su programación especializada en música de cámara.

Hace unos días, la SFV llegó a un acuerdo con los responsables del Ateneo Mercantil para trasladar a partir de febrero a su auditorio sus conciertos de cámara. Esta solución, según señaló ayer el presidente de la Junta de Gobierno de la Filarmónica de València, Fernando Rodríguez, es la ideal ya que, según la sociedad musical, ambas instituciones saldrían beneficiadas».

«Ellos lo ven bien porque vamos a programar en su escenario conciertos de calidad y nivel. Y nosotros lo vemos bien porque es un lugar magnífico para celebrar conciertos», explicaba ayer el responsable de la Filarmónica. «Incluso si nuestros socios estuvieran de acuerdo -añadió ayer Rodríguez-, podríamos plantearnos la posibilidad de que el Ateneo sea nuestra sede para los próximos años».

Durante la mayor parte del siglo XX, la sede histórica de la Sociedad Filarmónica de València fue el Teatro Principal, que se convirtió así en el único lugar de la ciudad que ofrecía conciertos de música clásica de forma regular. En 1987 la SFV trasladó su programación al Palau de la Música gracias a un acuerdo con una vigencia de 25 años.

De la mano de la Filarmónica, tanto por el escenario del Principal como por el de la sala del Palau han pasado algunas de las principales figuras de la música del siglo XX como Arthur Rubinstein, Vladimir Horowitz, José Iturbi, Alexis Weissenberg, Renata Scotto, Montserrat Caballé, Jasha Heifetz, Teresa Berganza, Marilyn Horne, Samuel Ramey o Maria Joao Pires. «Pero muchas veces la Iturbi se quedaba algo desangelada para conciertos de música de cámara como los que organizamos nosotros -explicó ayer el presidente de la SFV-. Por sus dimensiones y por sonoridad, para este tipo de conciertos el auditorio del Ateneo es el lugar ideal».

Así pues, la sociedad musical ya tenía claro hasta hace unos días que dos de sus tres conciertos de febrero (el primero del mes aún tendrá lugar en la Fundación Bancaja) y a partir de ahí todos los que resten del «curso» (tres en marzo, dos o tres en abril y otros tres en mayo) iban a tener lugar en el Ateneo. Pero un imprevisto de última hora ha trastocado estos planes.

«Esta semana el Ateneo nos ha dicho que tienen que cerrar el auditorio hasta mayo porque tienen que realizar obras de adecuación para renovar la licencia municipal -explicó ayer el responsable de la Filarmónica-. Así que tendremos que trasladar los conciertos que restan de la temporada a l'Almudí, que es uno de los lugares a los que el Palau de la Música ha trasladado su programación mientras se realiza la reforma».

Tras el cierre del coliseo musical en junio de 2019, la Filarmónica decidió trasladar su programación al Centro Cultural de la Fundación Bancaja, donde ha venido celebrando los conciertos de la temporada 2019/2020 hasta ahora. «Los socios estábamos encantados porque es un lugar que suena muy bien, pero el coste de alquilar la sala para cada concierto es excesivo para nosotros», afirmó ayer Rodríguez.

Además del coste, otro de los problemas que presenta la Fundación Bancaja para seguir acogiendo los conciertos de la SFV es el del piano Steinway propiedad de la sociedad. «Nuestro piano siempre ha estado en el Palau y nos lo piden sus propios músicos porque les gusta más que el que tienen allí -explica Rodríguez-. Pero por una cuestión de espacio no podemos dejarlo allí en el escenario después de cada actuación y trasladarlo es muy costoso. En el Ateneo no tendremos ese problema».

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