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Hallazgo

Identifican dos tablas del retablo de la Santa Cruz que se creían perdidas

Las pinturas atribuidas a Pere Cabanes son localizadas en colecciones privadas de Nueva York y Londres

Identifican dos tablas del retablo de la Santa Cruz que se creían perdidas

El 9 de noviembre de 2015 la casa de subastas londinense Bonhams puso a la venta una tabla gótica que el establecimiento ofrecía como «obra maestra» del maestro de Perea pero que el exconservador del Museo de Bellas Artes de València, José Gómez Frechina, atribuyó al maestro de Artés, autor identificado con el pintor Pere Cabanes.

Según el historiador, aquella tabla que se sacó a la subasta como San Dimas asesinando a su padre (y que finalmente no se vendió, por lo que podría seguir en manos del mismo propietario particular) representaba realmente la Muerte del rey persa Cosroes a manos de su hijo Heraclio y, también según Gómez Frechina, había formado parte del retablo dedicado a la Santa Cruz que, muy probablemente, perteneció a la iglesia antigua de la Santísima Cruz de València. El templo, que fue demolido, estaba situado en la actual plaza de Santa Cruz y la advocación se trasladó tras las desamortizaciones del siglo XIX a la iglesia del vecino convento del Carmen (el Centre del Carme en la actualidad).

Ahora, Gómez Frechina ha identificado otras dos tablas que habrían pertenecido al mismo retablo de la Santísima Cruz del Maestro de Artés y que se encuentran actualmente en dos colecciones particulares de Inglaterra y Estados Unidos. Las tablas, según el exconservador del Bellas Artes, representan, por un lado, el Combate entre el emperador Heraclio y el hijo de Cosroes (tabla 74,3 x 71,8 cm) y, por otro, la Entrada de Heraclio en Jerusalén con la Vera Cruz (tabla, 84,8 x 72,1 cm).

La pintura del Combate entre el emperador Heraclio y el hijo de Cosroes ofrece a los dos combatientes a caballo sobre el puente ante la atenta mirada de sus ejércitos. Al fondo se alza el campamento de Heraclio que se encomienda a la cruz como hiciera anteriormente Constantino.

Por su parte, la Entrada de Heraclio en Jerusalén con la Vera Cruz ofrece al emperador descalzo vestido únicamente con su camisa cargando sobre su hombro izquierdo el peso de la cruz en el pequeño puente que precede una de las puertas de Jerusalén.

La Muerte de Cosroes por Heraclio, que salió a subasta en 2015, se sitúa en un espacio amplio con el techo decorado con estrellas y el sol. En el centro sentado en el trono y vestido con lujosos brocados se sienta Cosroes entre la Cruz y una columna con un gallo.

A estas habría que añadir dos tablas más que el historiador del arte propuso también en 2015 como parte de la misma obra de Pere Cabanes. Una es la tabla de El emperador Constantino y su madre Santa Elena adorando la cruz, de la que lo único que se sabe es que en la década de los 30 estaba la colección Grotkass de Magdeburgo y que debió formar la calle central del conjunto. Y otra, una pintura actualmente recortada que fue subastada y adquirida hace unos años en Barcelona, con el Embarque de Santa Elena rumbo a Jerusalén para localizar la Santa Cruz.

Los retablos dedicados a la Vera Cruz no son muy corrientes y nacieron por la impronta de la pintura italiana, tal como señala el especialista. «A fines del siglo XIV y mediados del siglo XV -explica Gómez Frechina-, se hicieron varios ciclos en fresco en Italia con la narración de la leyenda de la Vera Cruz: los de Piero della Francesca en la Basílica de San Francisco de Arezzo, los de Cenni di Francesco di Ser Cenni en la Chiesa di San Francesco de Volterra, y los que pintó Agnolo Gaddi en la bóveda de la capilla mayor de la Basílica de Santa Croce de Florencia».

Pero las tablas de este retablo del Maestro de Artés parecen seguir el modelo del retablo de la Santa Cruz procedente de la capilla claustral de la Santa Cruz del convento de Santo Domingo de València, uno de los conjuntos más significativos del estilo gótico internacional y que se conserva desde la desamortización en el Museo de Bellas Artes. Este conjunto está atribuido al pintor Miquel Alcanyís.

En la calle derecha del retablo de Alcanyís se describen pasajes relativos a la Exaltación de la Cruz que también habría reproducido Cabanes. En lo alto, el Combate entre el emperador Heraclio y Siroes; en el centro la recuperación de la Cruz por Heraclio, que mata a Cosroes por negarse a convertirse al cristianismo y la Entrada de Heraclio con la Cruz en Jerusalén.

«La rareza de la iconografía y la complejidad narrativa de la leyenda de la Santa Cruz explicarían que Pere Cabanes seguramente por indicación del mentor tomase buena cuenta del retablo pintado previamente para el convento de dominicos por Alcanyís», señala Gómez Frechina.

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