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Análisis

Bibliotecas valencianas: pocas, con pocos usuarios y muy poca inversión

La Valenciana está entre las comunidades con menos prestatarios y puntos de lectura por habitante

Interior de la biblioteca de la Petxina, en València. g. caballero

La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) presentó ayer un estudio sobre las bibliotecas públicas en España cuyos resultados constatan la escasa consideración de los valencianos -tanto los ciudadanos como los gobiernos-, hacia este servicio público.

No hace ni medio año que el Col·legi Oficial de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana (Cobdcv) inició una campaña en la que denunciaban que los mínimos por los que se rigen las bibliotecas «en muchas ocasiones no están siendo cumplidos por ayuntamientos e instituciones responsables», por lo que exigían «servicios profesionales y de calidad»; al tiempo que resaltaba la idea de unas bibliotecas «más ambiciosas»para conseguir una ciudadanía informada. Los datos que recoge el estudio «Las bibliotecas públicas en España: diagnóstico tras la crisis económica», elaborado por la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y Documentación (Fesabid), no hace más que darle la razón a los bibliotecarios valencianos.

Con cifras siempre de 2016, uno de los datos más preocupantes es el del número de puntos de servicio de biblioteca hay en la Comunitat Valenciana, ya no solo por la cantidad sino por su reducción. Si entre 2010 y 2016 el número de bibliotecas descendió en toda España en un 5,3 %, en la Comunitat Valenciana el descenso fue durante este periodo del 17,5 %. Son 92 puntos de servicio menos, lo que convierten a la autonomía en la que más bibliotecas perdió durante este tiempo.

Con 2,7 trabajadores por biblioteca, la Comunitat Valenciana está por debajo de la media nacional en personal empleado (2,30), y también lo está en número de documentos adquiridos por punto de servicio (700 por 733 de media nacional) y en el número de ordenadores (5,5 en la Comunitat frente a los 6,3 de media en España).

Peor incluso son los datos sobre porcentaje de usuarios de bibliotecas por número de habitantes -con un 26,9 % los valencianos son los que menos van a las bibliotecas, solo por delante Andalucía, La Rioja, Cantabria, Canarias-, y sobre todo los de porcentaje de prestatarios activos respecto al número de habitantes. En este caso, y con un 6,2 %, la Valenciana es la tercera comunidad con menos usuarios activos de bibliotecas, solo por detrás de Andalucía (4,1 %) y Canarias (4,7 %).

Por todo ello, no es de extrañar que los valencianos también sean los terceros que menos visitas a lo largo del año hicieron a sus bibliotecas públicas (1,79 frente a las 2,3 de media nacional o las 3,4 de navarros y castellano-leoneses), y los cuartos que menos préstamos han solicitado. (0,74 por habitantes frente a los 1,94 de Cataluña). También es «excesivamente baja», según el informe, la media valenciana de asistentes por actividad (1,1 %).

Tras estas cifras hay una clara dejadez por parte de la administración pública. La Comunitat Valenciana es la tercera que menos gasto corriente en bibliotecas realiza por habitante -6,8 euros (de los cuales 5,8 provienen de los ayuntamientos) frente a los 18,3 del País Vasco-. De estos, solo 0,39 euros se destinan adquisiciones.

Pese a estos datos, la valoración que hacen los valencianos de sus bibliotecas mejoró entre 2011 (en el que le daban un 7,9 de nota) y 2017 (con un 8,1).

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