Desde ayer, un gran árbol de formas desnudas y sinuosas vive sobre el muro principal de la cafetería del IVAM. A su sombra navega Odiseo (Ulises para los romanos) guiado hacia Ítaca por Atenea. Una bandada de pájaros les acompaña en la travesía. Los trazos de la diosa griega, del héroe mitológico y sus soldados e incluso de los pájaros nos recuerdan a los de cierto pistolero llamado Cuttlas, enamorado de Mabel y enemigo de Jak el Malvado. Y no es extraño que sea así porque su creador es el mismo: un señor de Zaragoza que desde hace bastantes años vive en València y que responde al nombre artístico de Calpurnio.

«El árbol es una estructura que últimamente me gusta mucho, así que cuando me encargaron el mural me dije: voy a aprovechar y a pintar un árbol de tamaño árbol», explicaba el dibujante e ilustrador horas después de concluir el mural. «Me he inspirado en la imaginería popular del Mediterráneo, sobre todo la del norte -añade Calpurnio-. Esa vegetación y esos motivos florales que se ven desde Grecia, Italia, Turquía y España siempre me han llamado la atención. Aunque llevo viviendo en València desde hace más de 20 años, yo soy de Zaragoza y esa imaginería me sigue resultando exótica».

Esa idea de «mediterraneidad» que transmite el árbol que ocupa prácticamente toda la pared de la cafetería se subraya con la escena clásica de Atenea guiando a Ulises hacia Ítaca. «Ítaca es para muchos la meta del camino y de alguna manera es lo que es la cafetería del IVAM -explica el autor- Minerva (nombre con el que Atenea era adorada por los romanos), además de la diosa de la guerra, es también la sabiduría y las artes. Y también me hacía gracia esa posibilidad de colar el Mediterráneo clásico a través de un dibujo de cómic en un museo de arte contemporáneo como es el IVAM».

Calpurnio sustituye sobre el muro de la cafetería del museo a Ana Penyas. La ilustradora valenciana, Premio Nacional del Cómic en 2018, pintó ese año un mural distópico sobre el turismo, la huerta y el territorio.

«No es el primer mural que pinto para una cafetería o un restaurante. También lo he hecho para Juanita Calamidad o para Birlibirloque -explicaba ayer Calpurnio-. Las cafeterías son para mí buenos sitios en los que exponer porque pasa mucha gente por ellas. Es la misma sensación que tengo cuando dibujo para prensa, que es en lo que he trabajado toda la vida. Me gusta que mi obra pueda ser contemplada por mucha gente a la vez, y no solo por alguien que la ha comprado para él y que la va a colgar encima de su cama. Me gusta ese contacto con el público».

Tanto el mural de Penyas como ahora el de Calpurnio demuestran que la apuesta del IVAM por la ilustración y el cómic va en serio. «El IVAM está haciendo justicia con el cómic -asegura el dibujante zaragozano-. Lo ha demostrado en exposiciones como la de la 'línea clara' o la de Paco Roca, y sobre todo en que, por ejemplo, esta última no la hayan presentado como una simple muestra de viñetas colgadas en la pared, sino de forma distinta, estableciendo un diálogo entre el cómic y el propio museo».

¿Traspasará algún día la obra de Calpurnio el muro de la cafetería y se verá expuesta en alguna sala del museo? «Seguro, un día u otro caerá una exposición -apunta el artista-. Si no lo he hecho hasta ahora ha sido por casualidad».