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Entrevista

Alberto Mira: "Mucha gente de la contracultura acabó siendo muy de derechas"

«Monleón era más contracultural que Ovidi Montllor porque jugaba con la tradición valenciana y la llevaba al absurdo»

Alberto Mira: "Mucha gente de la contracultura acabó siendo muy de derechas"

En su texto para la exposición «Contracultura. Resistencia, utopía y provocación en València» que se inaugura en el IVAM el jueves, su comisario Alberto Mira habla de una imagen de lo valenciano anterior a 1968 -la del «Levante feliz»-, y una posterior. «La imagen anterior sigue ahí, y no solo la imagen, sino el regionalismo en general, que el franquismo promovió y que consistía en dar una imagen simplificada, sencilla, divertida de cada región, un lugar en el que no había problemas», explica este profesor de la Oxford Brookes University nacido en Alzira en 1965 y considerado uno de los mayores expertos en cultura «queer» en España. «Pero a partir del 68 empiezan a haber voces disidentes, que dicen que València no es sólo así, que no todo era feliz y que había un conflicto de clases e identidades».

P Pero de estos conflictos ya hablaban Fuster o Sanchis Guarner. ¿Eran ya contracultura?

R Yo diferencio entre la alta cultura, que tiene mucho de ideología y doctrina, y esta contracultura que veremos en la exposición, que juega más con elementos de la baja cultura y más lúdicos. Sanchis Guarner y Fuster representaban en cierto modo la «doxa», estaban creando una cultura valenciana basada en la historia y la ideología. La contracultura parte de estas propuestas pero las articula con maneras lúdicas. Los protagonistas de esta exposición toman tanta distancia con la valencia regionalista como con la de Fuster.

P Pero Fuster sí defendía el folclorismo de Els Pavesos...

R Doy un paso atrás: comparamos una visión de derechas de València y una de izquierdas. Si la franquista era la visión de derechas, la de la contracultura era de izquierdas, aunque conforme llegan los 80 esto ya no es tan verdad y gente de la contracultura cambia e incluso algunos se hacen muy de derechas. Pero hay que decir que las izquierdas tampoco ayudaron mucho.

P ¿Quién fue más contracultural, Ovidi o Monleón?

R Para mi definición de contracultura, evidentemente Monleón porque jugaba con la tradición valenciana y la llevaba al absurdo. De la contracultura me gusta que haya ironía, exceso, que nos aleje de la realidad. Gente como Montllor, Llach o Raimon creía en lo que cantaba, no tomaban distancia y se iban a la ideología, a la 'doxa'. Y el oyente lo siente y enciende el mechero. Pero son figuras que se han institucionalizado demasiado, que pierden su carácter revulsivo por ser el brazo cultural de lo político.

P ¿Qué tuvo la contracultura valenciana que no tuviesen otras?

R El desparpajo mediterráneo, la mentalidad fallera, la sensualidad desbordada. En la movida madrileña tomaban el sexo con pinzas, de forma estilizada. Aquí lo fantástico es que decimos las cosas como son sin pensar en qué dirán de nosotros. Y también una gran capacidad de reírnos de nosotros y de no acabar de creernos las cosas del todo.

P ¿Fue el PSOE de los 80 el que acabó con la contracultura?

R Hay una narrativa estándar que dice que sí, que muchos de sus artistas y responsables se integraron en las estructuras de poder. La llegada de los socialistas no supone el final de la contracultura, pero empieza a imponerse lo que Jordi Costa llama el gusto socialdemócrata. Pero no podemos borrar el hecho de que la contracultura sucediera y de que salimos de ella cambiados. Sigue viva en el modo en el que vemos València y en que siga habiendo un conflicto entre los sectores que les gusta ver una València turística y los que la ven como parte de un mundo con tensiones.

P ¿Qué papel jugaron los locales nocturnos?

R Las ideas se originaban allí. Empieza todo en Capsa 13 que en ese momento debió de ser algo completamente marciano. No se podía publicar, ni hacer creación artística, pero sí se podía hablar y estar ahí y crear redes de gente. Por ejemplo, si no hubiera sido por estos sitios no hubiera estado Amadeu Fabregat, que hizo de actor en películas underground, escribió artículos para revistas antifranquistas y acabó teniendo una figura muy central€

P ¿Fabregat, que fue el primer responsable de Canal 9, es un buen ejemplo de cómo evolucionó la contracultura en los 80?

R Sí, como muchos se integró en el sistema. Y otro se hicieron de derechas y empezaron a proteger la València que representaba los principios contrarios a los que habían defendido en los 70. Es verdad que los ideales de la transición se vendieron o se quedaron a medio gas. Pero piensa en el legado de cambio de actitud de la gente normal a la hora de ver València. Yo, en 1980 o 1981 leía «Valencia Semanal» y me daba cuenta de que había una València diferente a la que me habían enseñado mis padres.

P La exposición también dedica un espacio a las fallas. ¿Son ejemplo de que la contracultura no alcanzó sus objetivos?

R Mira, la imaginería de las fallas, que permaneció constante entre los años 30 y 90 está cambiando. Y ya está el debate tradicionalista de «esto no parecen fallas», «esto no es lo nuestro»€ El debate sigue y eso es un objetivo cumplido.

P En la muestra entra tanto el cine underground de Maenza y Gassent como el fallero de Carles Mira. ¿Qué tienen en común?

R No mucho, son contracultura pero vienen de diferentes sitios. Maenza había leído teoría, marximo, Lacan, alta cultura que hace cine marginal€ Pero al incluir también a Mira señalamos cómo la mentalidad fallera acabó en el cine mainstream. Mira reflexiona sobre una identidad valenciana festiva que lo mejor que tiene es su herencia árabe, todo lo contrario a lo que el franquismo había dicho.

P Finalicemos con algunos nombres que aparecen en la exposición. El primero, Rampova.

R Es la artista sintomática de todo lo que hemos hablado. Juega con ideas de alta cultura y hay cosas del movimiento queer que ya las decía Rampova en los 80. Tiene la parte gráfica, la performativa, ha escrito, hizo radio€ Estuvo en todos los frentes de lucha. Te preguntas cómo alguien que ha hecho tanto viva ahora tan en la marginalidad.

P La Margot

R Sería el lado contrario. Usó el humor para lanzar los prejuicios del público. Dejaba a la gente descolocada y sabía controlarlo. Creaba un personaje que se afirma a sí mismo y que descoloca a la gente. Además, es el centro de todo un sistema que se cuestionaba los patrones de género.

P Rafa Ventura Melià.

R Era una persona extraordinaria. Sabía de todo y había estado en todas partes. Hablaba del Equipo Crónica, de los travestis, de los juguetes de Gorris... Era una de las personas que mejor supo leer el pulso del momento.

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