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Representación

La vida se escapa del lienzo en Les Arts

Siete valencianos se preparan para encarnar a iconos del arte en "Il viaggio a Reims"

La vida se escapa del lienzo en Les Arts

La Posada del Lirio de Oro, en la que Gioachino Rossini ambientó Il viaggio a Reims se transformará en Les Arts, por obra y gracia de Damiano Michieletto, en el Museo del Golden Lilium. Allí, los personajes reales - la dueña del Museo y sus asistentes, la galerista Magdalena, el historiador del arte Don Profundo y el restaurador Lord Sidney - se mueven frenéticos entre los cuadros que enviarán a Reims y los que llegan para una inminente inauguración.

Pero mientras la música de Rossinni suena, los protagonistas de esos cuadros saldrán del lienzo y tomarán el escenario. Ahí estará la Duquesa de Alba pintada por Goya y encarnada por Teresa Pons. Frida Kahlo será su puro autorretrato gracias a Natalyd Altamirnao. La Madame Gautreau de Sargent quedará pintiparada gracias a María Casasempere. Sergio Corcuera será Van Gogh y Christian Rodríguez y su manzana formarán El hijo del hombre de Magritte. La Melancolía de Botero la transmitirá Miguel San Martín, y la majestad del Carlos X de François Gerard será cosa de Víctor Cabo. Para hacer la «Pirámide humana» de Haring, Cristina Cantó tendrá que embutirse en un vestido que le obligará a permanecer con los brazos y las piernas arqueadas durante toda la función.

Todos ellos fueron seleccionados hace unas semanas en un casting de figurantes y sometidos a varias pruebas de vestuario y caracterización para aparecer en esta ópera bufa de Rossinni que se representará en el palacio operístico valenciano a partir del próximo 29 de febrero. «La principal consigna en la elección de un figurante es que sea un buen actor. Esto siempre tiene que ser así», explica Elenaora Gravagnola, asistente de Michieletto (uno de los directores de escena más originales y reputados del panorama operístico internacional) y responsable de dirigir el casting en València. «Segundo -continúa Gravagnola-, como tiene que ser un personaje parecido al cuadro, buscábamos a alguien con la actitud del cuadro, que se pareciera pero que sobre todo tuviera el alma del cuadro, un ritmo del cuerpo lo más similar posible a lo que quiere transmitir el artista. Igual que un cuadro transmite una emoción, el actor que lo representa tiene que transmitir el alma, la sensación, todo lo que le puede pasar al espectador mirando un cuadro».

«Leonora se lo hizo currar, les hizo moverse mucho durante el casting. El parecido físico no era lo más importante porque esto no deja de ser teatro», señala Ana Armiñana, responsable del departamento de vestuario y caracterización de Les Arts. Ella y José María Adame son los encargados de adaptar las fieles reproducciones del vestuario que aparece en las pinturas que «reviven» en Il vaggio a Reims a las hechuras de los figurantes elegidos en València. Son los mismos diseños que se idearon para la producción que se estrenó en Ópera de Ámsterdam en 2015 y que posteriormente ha triunfado en Copenhague, Roma, Moscú o Melbourne.

«El vestuario en la moda busca la belleza y el vestuario del teatro y la ópera es la verdad -recuerda Adame mientras trastea entre los vestidos que saldrán a escena- . Y ahí está la dificultad, que el personaje cuando está vestido tiene que retransmitirte la verdad».

Miguel San Martín ajusta su 1,91 de estatura en el vestido de mujer que llevará para representar la «verdad» de la Melancolía de Botero. «Nada más llegar al casting me di cuenta de que yo haría este personaje. Vine aquí sabiendo que si me cogían iba a ser para ser Botero». Estudiante de informática y aficionado a la ópera desde que era «chiquitito», ha sido precisamente esta afición la que le ha llevado ahora a Il Viaggio como ya hizo como figurante de Nabucco. «Quería ver la ópera desde otro punto de vista».

Víctor Cabo también fue figurante en Nabucco y ahora lo será en Il Viaggio, pero ha ascendido de rango. «Fui soldado austriaco y ahora soy rey -explica mientras se prueba la capa de armiño-. Espero que Carlos X fuera un buen rey». Estudiante de arte dramático, modelo y Mister Comunidad Valenciana, cree que fue elegido para interpretar al monarca sobre el que gira la trama de la ópera de Rossini «por la talla, supongo que no descuadraré mucho. Pensaba que elegirían a alguien más mayor, pero el director de escena me dijo que por aquella época los reyes solían tener mi edad, no llegaban a los 40 años».

La última prueba de vestuario de la jornada la sufre Christian, programador de webs, estudiante de interpretación y figurante en seis óperas antes que ésta. No es el vestido más espectacular -traje, camisa, corbata y bombín-, y encima la manzana surrealista de Magritte cubre su cara. «En algunas óperas te luces y en otras no, es parte del trabajo».

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