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Entrevista

Juli Disla: "Falta promoción para que las artes escénicas puedan ser relevantes"

La SGAE elige al valenciano entre 155 candidatos a su Laboratorio de Escritura

Juli Disla: "Falta promoción para que las artes escénicas puedan ser relevantes"

Juli Disla empezó a escribir a finales de los noventa en una compañía de teatro infantil. Su primer texto para adultos A poqueta nit / Al anochecer sorprendió. Luego el guion de televisión le apartó un poco del teatro. Ahora es uno de los mejores dramaturgos del momento. Uno de los seis seleccionados, entre 155, en el exigente Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE. Ahí tiene seis meses para trabajar en un texto bajo la supervisión de la reputada Yolanda Pallín.

Medio año para desarrollar La sort, «un proyecto sobre una vivencia personal», explica, como es la adopción desde una óptica de una pareja homoparental. «Es un terreno que no había tocado aún, pero a partir de mi experiencia decido contarlo».

Disla parte de la idea que sea una obra documental, pero «quiero transmitir la palabra clave para mí en este proceso, que es emoción», e insiste que esa paternidad deseada ha sido emocionante.

Se titula La sort «porque hemos tenido mucha suerte las dos personas que hemos podido adoptar, y también ha tenido mucha suerte el menor en encontrar una familia». «Es una obra de éxito, no hay drama ni sufrimiento. Es compartir un éxito vital», insiste.

Hasta el 22 de marzo se puede ver en el Rialto la versión de Dodot que firma con Jaume Pérez. Una representación donde el público asiste a su propio espectáculo con los personajes que creó Samuel Beckett. En la adaptación también cuenta que se siente cómodo y motivado.

El viernes murió Alfonso Gil Albors, el dramaturgo que dio paso a la generación que modernizó el teatro valenciano, los Manuel Molins, Juli Leal y los hermanos Sirera. Ahora Disla forma parte de ese boom que se produjo en el 98, donde muchos fueron premiados y reconocidos. Y siguen triunfando. Asegura que la constitución de la Associació Valenciana d'Escriptores i Escriptors de Teatre (AVEET) en 2013 fue determinante. «Era una reivindicación como paso fundamental para el proceso de producción y creación».

Armonizar

Como Disla, muchos de los escritores teatrales valencianos se pasaron al audiovisual como una forma de subsistencia. Si le preguntas si en vez de estar en València viviera en Los Ángeles sería guionista de cine y televisión, no duda: «Seguramente, la prueba es que cuando ha habido un cierto movimiento audiovisual, lo hemos compaginado con la escritura de guion».

«La televisión y el cine ayuda a cambiar de registro y disciplina. Es otro mundo menos intimo y más compartido», explica. También es partidario de ese trabajo en equipo de las grandes productoras multinacionales, pues « sirve para oxigenarte un poco de la oscuridad de la sala de teatro». «Cuando trabajas en equipo te olvidas de la autoría y pasas a formar parte de un engranaje que se dice producción televisiva y que depende de los presupuestos de la cadena».

Coincide que la televisión pública debe ser el portaviones de la industria cultural valenciana, y pese a la expectación del inicio de la nueva cadena ahora hay un cierto freno. «Hemos tenido dos etapas en tres años. Una primera donde parecía que había una cierta continuidad justa, pero en la segunda mitad de estos tres años nos hemos quedado un poco..., porque eso ha desaparecido», lamenta.

Él ha ido enlazando proyectos, tantos que le queda muy poco tiempo para ir al teatro, aunque lo último que le ha sorprendido fue Próximo de Claudio Tolcachir que se vio en función única el pasado 1 de febrero en El Musical.

Sobre eso, una cartelera fragmentada y fugaz en València avisa: «La oferta es tan grande que no se si hay tanto público». Aunque sostiene que «falta promoción para que las artes escénicas y el teatro puedan ser relevantes».

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