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Séptimo arte

"El cine empieza a ver que las mujeres adultas tienen cosas que contar"

Las protagonistas de la última película de Gracia Querejeta, "Invisibles", presentan la cinta en los cines Lys de València junto a la directora

Emma Suárez, Gracia Querejeta y Adriana Ozores, ayer, en los cines Lys de València. fernando bustamante

Julia, Elsa y Amelia son tres amigas que cada jueves quedan en el parque para pasear. Las tres superan los 50 años y lo que empezó siendo una distracción y una forma de hacer ejercicio termina por convertir en una necesidad, casi en una terapia. En esos paseos comparten lo que sucede en sus vidas, expresan sus emociones, se desquitan y se sinceran, aunque unas más que otras. Las tres son Invisibles, la nueva película de Gracia Querejeta y que protagonizan Emma Suárez, Adriana Ozores y Natahlie Poza. La directora, Suárez y Ozores estuvieron ayer en los cines Lys para presentar la película que se estrena el próximo 6 de marzo.

Suárez señala que el guion de Querejeta -que firma junto a Antonio Mercero- «es como la vida misma, en la vida pasan cosas y estas se cuentan entre amigas». Para Ozores, precisamente «lo divertido es eso, que hay mucha autenticidad entre estas amigas, cuando se dicen las cosas lo hacen de forma muy directa, no se trata de ser todo sonrisas y pasadas por encima del lomo. Cuando tienes una amiga de verdad, le dices la verdad». Al respecto, Suárez añade que «Gracia ha utilizado la ironía y el sentido del humor en esas puyas que se lanzan estas tres mujeres. Y eso provoca risas en el espectador».

A priori podría parecer que la película de Querejeta presenta tres historias femeninas cruzadas, la de tres mujeres más que pasan los 50 años, pero Querejeta va más allá y en su guion aparecen las relaciones laborales, los conflictos entre generaciones y sobre todo «las relaciones interpersonales y la amistad», dice Ozores.

«La película -señala Suárez- habla de temas comunes con todo el mundo. El público reacciona de forma espontánea, se identifica mucho con lo que está viendo. Son tres mujeres que caminan y que charlan de lo que nos sucede a todos». «Y luego esta esa sensación -dice Ozores- de estar totalmente relajada, abierta y confiada de poder decir lo que sea cuando estas con amigos, que sabes que te van a recoger».

Ambas aseguran que esta película «en manos de un hombre hubiera sido completamente diferente», aunque destacan «la complicidad» de todos los hombres del equipo porque hablamos de temas que compartimos todos», señala Suárez. No obstante, Ozores sí recuerda que cuando ha trabajado con algún hombre «he tenido que decir no o pedir algún cambio; cuando trabajo con una mujer no he tenido que hacer eso».

Reconocen que no se han sentido «nunca» invisibles y Suárez explica que «esta película más que hablar de invisibilidad en una etapa de la vida, habla de antiheroínas, de mujeres anónimas, que no llaman la atención y que no son protagonistas en su vida».

Reflexionan además sobre la mujer en su profesión. Ozores considera que «en el momento en que las mujeres tengan más poder, habrá más papeles para mujeres de cierta edad». «Se empieza a escribir personajes para mujeres adultas, en el teatro siempre las ha habido, pero en el cine se empieza a considerar que las mujeres adultas tienen cosas que contar. Si te fijas bien, en las salas de cine la mayoría de los espectadores son mujeres», dice Suárez.

Esperan que la reivindicación feminista «no sea una moda, sino un movimiento social», lo define Suárez. «Supongamos que sea una moda, esto va a tener un calado que hará que deje de serlo. Está dejando trazas dentro de la sociedad tanto en mujeres como hombres», añade Ozores.

Para las reconocidas actrices, «la mujer está conquistando el lugar que le corresponde. Queda la bomba de recorrido por hacer, pero estamos en ello», apunta Ozores. A lo que Suárez añade: «Es necesario que nos apoyemos, no nosotras, sino nosotros».

Admiten el techo de cristal en ciertos sectores que aluden en la película pero señalan que ellas, creen, no lo han sufrido. «Seguramente en nuestra profesión también lo hay. Entre compañeras nos lo hemos preguntado porque esa especie de tabú se va liberando para saber qué está pasando». No obstante, Suárez matiza que «en nuestro trabajo eso es muy relativo porque depende de la proyección que haya tenido la última película que has hecho».

La dignidad de la mujer

Ozores explica que «yo me siento en la obligación moral de reivindicar la igualdad de la mujer no como personaje público, sino como mujer. Ha habido cosas a las que he dicho que no porque no he podido y quizás no vuelva a trabajar con ese director, pero por encima de mi trabajo está la dignidad de todas las mujeres».

Cuando se les pregunta por el consejo que darían a los más jóvenes ambas intérpretes coinciden en «el compromiso personal con este oficio», más allá de las aspiraciones a ser famoso. «Esta profesión va más allá de la ambición, es un estado, una necesidad de interpretar personajes. Para mí es una manera de curiosear el alma humana e investigar el mundo en el que vivimos», señala Suárez. Mientras, Ozores asegura que la interpretación «nos da la oportunidad de reconocer al otro y entender a los demás desde otro punto de vista».

Y a pocas semanas del 8M, las dos aseguran que irán a la huelga. «Claro que sí, vamos todas, ¿no? Lo raro es no ir», concluye Suárez.

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