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Ópera

Los marineros Niños cantores de Viena

El joven coro regresa por quinta vez al Palau de la Música con un repertorio inspirado en el Mediterráneo

El coro Los niños cantores de Viena con el director Manolo Cagnin. lukas beck

Las blancas voces de Los niños cantores de Viena volverán a sonar el domingo en València, por quinta vez desde 1988, año en el que debutaron en la ciudad. Después repitieron en 1993, 1996 y 2016. Siempre en el Palau de la Música, igual que en esta ocasión, aunque que el cierre del auditorio municipal ha obligado su traslado al Palacio de Congresos. Bajo el título «El mar Mediterráneo» y la dirección de Manolo Cagnin, el jovencísimo coro austriaco -con chicos de todo el mundo- interpretará composiciones de Johannes Brahms, Felix Mendelssohn o Johan y Josef Strauss, además de canciones populares de España, Italia, Grecia o Croacia.

Cagnin explica a Levante-EMV que el programa, como su nombre indica, está inspirado en el Mar Mediterráneo, que emana la misma frescura que le inspiran los jóvenes cantantes: trabajar con ellos, dice, «es una experiencia rejuvenecedora. Los niños tienen una visión fresca del mundo, que no está contaminada como la nuestra, la de los adultos».

Sin embargo, reconoce que su labor no está exenta de ciertas dificultades como «ser capaz de transmitirles la transcendencia de la música. Traducirla a un lenguaje actual que ellos puedan entender. El problema de los niños de ahora suele ser que su capacidad de concentración es mas frágil y es fácil perder su atención. Hay que esforzarse mucho para mantener su interés y nivel alto», dice Cagnin.

Pequeñas «superstars»

En la otra parte, el director del coro habla de las satisfacciones que le da su labor. «Para los niños es la oportunidad de viajar y aprender el lenguaje musical. No es solo tener una formación musical sino de entender la música como una parte esencial del ser humano. Hacer conciertos en los mejores auditorios del mundo y colaborar con los mejores artistas, desde John Legend a José Carreras, Riccardo Muti, Mariss Janson o Zubin Mehta. Es una experiencia de pequeña superstar muy enriquecedora que recordarán el resto de su vida», señala.

Pero para llegar ahí no basta con tener solo una buena voz. También hay mucho trabajo detrás. Los niños ensayan habitualmente unas tres horas al día, pero antes de salir de gira pueden llegar a ensayar hasta seis diarias. «Después disfrutamos del tiempo libre jugando al fútbol y haciendo cosas divertidas, porque al fin y al cabo, sigue siendo niños», matiza Cagnin.

Todo ello sin dejar de lado sus estudios. Durante los cuatro años de actividad de un niño cantor, de los 10 a los 14, tiene que compaginar meses de estudio con otros de gira. «Es un sistema complicado pero funcional», dice el director. «Durante el tiempo que pasan en Viena la escuela es lo más importante y cuando viajamos nos concentramos en la música», explica.

Los Niños Cantores de Viena, una de las más consolidadas tradiciones musicales europeas, creado en el siglo XV por Maximiliano de Habsburgo y reconstruido en 1921 tras la caída del imperio austrohúngaro, está integrado actualmente por 100 coristas de entre 10 y 14 años que se dividen en cuatro grupos corales para ofrecer los 300 conciertos que realizan, de media, cada año.

A lo largo de los siglos, han sido numerosos los músicos que han trabajado para esta institución o se han iniciado musicalmente en ella: W. A. Mozart, Antonio Salieri, Anton Bruckner, Joseph Haydn o Franz Schubert son algunos de ellos. A València llegarán 24 cantantes que culminarán su gira por España, en colaboración con el Orfeó Valencià Infantil.

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