El Sorolla más discreto -pero solo de tamaño- está ya en València. La Fundación Bancaja ha recibido ya las pequeñas obras que forman parte de la exposición «Sorolla. Cazando impresiones», que inaugurará el centro cultural el próximo viernes. La muestra, realizada con la colaboración del Museo Sorolla, la Fundación Museo Sorolla de Madrid y Bankia, estará integrada por 270 obras procedentes del Museo Sorolla, la Diputación de València, la Casa Museo Benlliure, la Colección Hortensia Herrero, una veintena de colecciones particulares, y de la propia colección de la Fundación Bancaja.

Según la institución, la muestra «permitirá realizar un recorrido por la producción en pequeño formato del artista valenciano que revela la importancia que esta tuvo en su proceso creativo y en su trayectoria artística».

Las obras han llegado a la sede de la Fundación Bancaja en València, donde se ha iniciado ya el desembalaje poniendo en marcha el proceso de montaje de la muestra.

La exposición se presenta en València, tras su presentación en 2019 en el Museo Sorolla y su posterior itinerancia al Museo de Bellas Artes de Bilbao, con una selección de piezas realizada ex profeso para esta muestra que incluye piezas que no estuvieron presentes en Madrid y Bilbao. De este modo, incorpora algunas obras de mediano y gran formato, así como nuevos lienzos de pequeño formato de referencias temáticas valencianas.

La exposición está comisariada por Blanca Pons-Sorolla, María López Fernández y Consuelo Luca de Tena con la colaboración de Isabel Justo. «Sorolla. Cazando impresiones» estará abierta al público en la sede de la Fundación Bancaja desde el 14 de marzo hasta el 26 de julio.

Según el Museo Sorolla, el artista valenciano pintó cerca de 2.000 óleos sobre cartones o tablillas que él mismo llamaba «apuntes», «manchas» o «notas de color». Sus primeros apuntes, indican, muestran la influencia de Fortuny y los italiano, tanto en su composición como en su manera de utilizar «expresivamente» las zonas de la madera que deja sin pintar.

Las obras de pequeño formato le sirven como preparación para composiciones más «ambiciosas», pero paulatinamente cobran independencia respecto a las obras de envergadura: «Sorolla las usa como instrumento paralelo, experimental y, sobre todo, como una manera de mirar y convertir en pintura la esencia de esa mirada», concluyen.