Gertrudis Gómez de Avellaneda -más conocida como «Tula»- fue una mujer «extraordinaria», adelantada a su tiempo, que escapó a tres matrimonios concertados «y de una vida prediseñada para dedicar su vida a su pasión literaria».
Así define la compañía valenciana Hongaresa la figura de «la mujer más importante» en lengua española del siglo XIX y a la que dedican su última obra «Tula divina caótica Tula», que se estrena mañana en la sala Matilde Salvador del centro cultural La Nau de la Universitat de València (UV).
Para recordar la vida de esta mujer, Companyia Hongaresa de Teatre -con dramaturgia y dirección de Lola López- pone sobre la escena a dos actores que recrean los momentos más importantes de la vida y obra de esta «impresionante y controvertida figura a través de sus epístolas, relatos, poesía y de su valioso e igualmente desconocido teatro. Sus obras -recuerdan- fueron estrenadas por las mejores compañías y en los mejores teatros del siglo XIX, pero hay que destacar entre todas su obra Baltasar, una de las mejores en lengua castellana».
López reivindica la figura de esta mujer en un montaje en el que se entremezclan la vida y la obra de esta autora. La fundadora de Hongaresa asume además de la dramaturgia, la dirección y el protagonismo. Sobre las tablas le acompaña el actor y cantante lírico Javier Lázaro, quien dará vida al hermano de la autora, Manuel, y a otros personajes relevantes de su vida y su obra.
Sobre Tula, López asegura que «nunca quiso quedarse en la sombra. Sus coetáneas firmaban con nombre masculino, pero ella no. En su primer año en Sevilla su seudónimo fue 'La peregrina'. Y tras recibir dos premios bajo los nombres de sus hermanos en sus primeros textos, escribió una carta desvelando que aquellas obras premiadas las había escrito ella. A partir de aquel momento siempre firmó como Gertrudis Gómez de Avellaneda. Su deseo y su convicción era vivir de su profesión como el resto de hombres», aplaude Lola López.
«Tula divina caótica Tula» está construida a través de una selección de sus poemas y de varias escenas de tres de sus mejores y más exitosas obras: Leoncia, Oráculos de Talía y Baltasar. La pieza también incluye un poema del padre de su única hija, el poeta Gabriel Díaz de Tassara.
«Lo más extraordinario y único en esta mujer es que su obra completa la publicó y estrenó en su intensa vida, y en su testamento legó toda su creación a la Real Academia Española, que años antes la había rechazado para ocupar la silla de Nicasio Gallego, su mentor», detalla López.
La representación está punteada de música. Javier Lázaro interpretará en directo tres canciones de la misma época. El leitmotiv es la primera habanera compuesta en el siglo XIX por Sebastián Iradier, contemporáneo de Gertrudis, La paloma. Este tema universal ha sido grabado por los músicos Elizaveta Mironova (piano), Aida García (chelo), Luisa Moya (violín), J. S. Chapi (percusión), Isabel Latorre (acordeón) y Antonio Picazo (saxofón).
López -fundadora de Hongaresa junto a Lluïsa Cunillé y Paco Zarzoso- recupera así una figura femenina «excepcional, pero desconocida» del gran público como ya hizo con los montajes «María la Jabalina» (2017), dedicado a la última fusilada del franquismo, y «Encendidas» (2019), en tributo a la poeta valenciana Paca Aguirre, Premio Nacional de Poesía 2011 y Premio Nacional de las Letras 2018.
En la Cuba natal de Gómez de Avellaneda, cuando la isla era todavía española, «no ha caído en el olvido, le han dedicado el Teatro Nacional y trabajan su obra en los estudios teatrales. En cambio, en nuestro país, el Teatro Español, inaugurado en 1849 con su obra Saúl, tiene un cuadro de Gertrudis, pero no cuelga en el salón de los retratos ilustres, sino a la entrada de la sala de peluquería y maquillaje», lamenta la autora.
La pieza se vuelve a representar el próximo jueves.
