El día 26 de abril de 1987 tuve la oportunidad de asistir a la repetición del concierto inaugural del Palau de la Música de València. La Orquesta Municipal de València junto al Coro Nacional de España dirigidos por el maestro Galduf repetía ese domingo por la tarde el programa del concierto inaugural, pero ese mismo domingo por la mañana hubo otro concierto extraordinario: la Orquesta Sinfónica de la R.T.V. de Cracovia, el Coro de la Filarmónica Nacional de Varsovia y el Coro de Niños de Cracovia ofrecían «Passio et mors Domini Nostri Jesu Christi secundum Lucam» de Krzysztof Penderecki dirigida por el propio compositor. Desde mi asiento en uno de los fondos del Palau de la Música, quedé absolutamente impresionado por esta monumental obra y por la calidad de la orquesta pero, sobre todo, por la interpretación del «Stabat Mater» escrito para 12 voces en tres coros «a capella». Mi reacción al terminar el concierto fue inmediata: compraría la partitura de la Pasión y comenzaría a estudiar la obra, pero, principalmente, el «Stabat Mater».

Ese mismo año de 1987 se creó el Cor de València, actualmente llamado Cor de la Generalitat Valenciana (CGV), que comencé a dirigir a partir de enero de 1988. Cuando a finales de 1990, el Cor de València fue invitado a participar en el ciclo de conciertos de música contemporánea que se daba en la sala de Cámara del Auditorio Nacional de Madrid, no dude en cerrar el programa con la interpretación del «Stabat Mater» de Penderecki, obra, además muy bien acogida por el coro y por el público. Quiso la casualidad que nuestros ensayos coincidieran con un concierto de Penderecki con la Orquestra de València. El maestro Galduf, entonces director titular de la orquesta, presente en el concierto, sabía que estábamos ensayando una de sus obras, y sugirió a Penderecki que bajara a nuestra sala de ensayos a escucharnos. Así, de pronto, nos encontramos que, en el patio de butacas de la sala B del Palau de la Música se encontraba sentado el compositor para sorpresa de todos nosotros. Recuerdo que después fui invitado a cenar junto al mestro Penderecki, su esposa y el maestro Galduf y que, finalizada la cena, hubo una larga tertulia a la que asistí maravillado, con los oídos bien abiertos.

Años más tarde, junto al Cor de la Generalitat, tuvimos la suerte de disfrutar del maestro Penderecki con el que colaboramos cantando su monumental Séptima sinfonía «Seven gates of Jerusalem» primero en el Teatro Real de Madrid y después en el Palau de la Música de València. Más adelante, en 2006, dirigidos de nuevo por Penderecki, interpretamos su Octava Sinfonía junto con la Joven Orquesta Nacional de España. Los ensayos conjuntos tuvieron lugar en el Auditori de Torrent y si no recuerdo mal, los conciertos tuvieron lugar en ese mismo auditorio, en Altea y en el Festival de la Semana de Música Religiosa de Cuenca en el que también cantamos su «Stabat mater».

Penderecki fue siempre un maestro cercano y amable. Como anécdota diré que minutos antes del concierto en Valencia de las «Seven gates of Jerusalem» pasé por su camerino por si quería que transmitiera alguna sugerencia al coro y estaba componiendo. Creo que entendió mi cara de sorpresa y me dijo que componer le relajaba mucho antes de dar un concierto. También recuerdo que en una de sus estancias en nuestra ciudad para dirigir la Orquestra de València tuvo la deferencia de venir al Conservatorio Superior para mantener una charla con profesores y alumnos sobre su obra.

En estos últimos años, el CGV ha ofrecido en sus giras de conciertos «a capella» dos de sus obras más significativas en este género: el anteriormente mencionado «Stabat mater» y «Song of Cherubim», siempre con gran respuesta del público porque Penderecki -que se definía asimismo como «destructor» de las formas tradicionales- retornaba, así consta en las notas al programa de mano del ciclo de conciertos inaugurales del Palau de la Música de València, en su esencia, «a los pretéritos entusiasmos melódicos tan relegados por la segunda escuela de Viena y sus consecuencias y derivaciones».

Descanse en paz el gran compositor y director de orquesta Krzysztof Penderecki.