València resopla diseño. Su capitalidad mundial para 2022 es un reconocimiento, pero antes Javier Mariscal ya paseó el nombre de su ciudad como diseñador influyente. Ahora sus personajes más famosos, los Garriris salen al balcón para sumarse a la ola de solidaridad con los héroes que hacen frente a la coronacrisis.
Mariscal se suma así a la acción del Centre del Carme «Desde mi ventana» con sus populares Garriris que ya han tomado los balcones y terrazas de los edificios de su entorno. La iniciativa del director del Carme, José Luis Pérez Pont, está inspirada en la exposición de «Viaje a Corfú. Carlos Pérez. El hombre-museo», un homenaje a uno de los eruditos que siempre vio en el diseño el valor añadido de la cotidianedad.
Es un buen momento para recordar como Mariscal bautizó a sus personajes más famosos. El nombre de Garriris sale de la dislexia infantil del artista cuando no podía leer «gr» y decía «garriri, garriri».
Con el tiempo reconvirtió la burla en creación propia, donde los personajes parecían siempre como enfadados, como gruñendo, «grr, grr». Mariscal dice que los Garriris son sinvergüenzas, que no tienen un duro y, sin embargo, viven.
Ventanas de libertad
Como Mariscal, decenas de ilustradores, diseñadores, arquitectos y artistas están llenando las redes con sus creaciones, dentro del programa online del Centre del Carme Cultura Contemporània.
Pérez Pont pretende que estas ilustraciones medio callejeras potencien la creatividad infantil en estos días de confinamiento, donde las ventanas cobran un sentido de libertad.
Además de los Garriris de Mariscal, llega desde Madrid la propuesta de Aurora Gorrión, artista de collage, o desde Pamplona la ilustración del arquitecto Carlos Pereda. El productor de cine, ganador de un premio Goya de Animación por Buñuel en el laberinto de las tortugas, Alex Cervantes, se ha unido también a la iniciativa igual que el diseñador editorial, Tomás Gorría, el historietista Calpurnio, la diseñadora gráfica y collagista Lucía Meseguer, así como el artista Martín Forés y la ilustradora, Mai Hidalgo, entre otros.
«La comunidad cultural se está volcando con esta situación insólita que nos ha tocado vivir provocada por la covid-19», expone Pérez Pont, y añade que «desde el Centre del Carme estamos desarrollando un conjunto de actividades para permitir que la cultura llegue a todos los hogares».
Así, esta semana llega un singular taller del aburrimiento, un ejercicio simbólico para recordar a padres y educadores la importancia de reservar a la infancia el derecho a parar. Una reflexión sobre el exceso de actividades en la infancia.
