Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El arte como 'des/orden' sexual

Una de las primeras exposiciones del IVAM tras el confinamiento aborda las manifestaciones artísticas de la sexualidad en el periodo de entreguerras - El comisario Juan Vicente Aliaga repasa las libertades y represiones de una etapa de crisis

El arte como 'des/orden' sexual

Los tiempos de zozobra acarrean represión, mientras que el sosiego impulsa la libertad. Nadie imaginó una alarma sanitaria global, por eso una las primeras exposiciones que se verá en el IVAM tras el confinamiento invita a la reflexión, pues repasa como hace un siglo el arte reflejó los nuevos aires de tolerancia sexual y su posterior represión.

El profesor y crítico de arte Juan Vicente Aliaga ha construido «Des/Orden moral. Arte y sexualidad en la Europa de entreguerras» con la intención de poner ante el espejo las diferentes representaciones de la sexualidad que surgieron en Europa en el periodo represivo que va desde la primera gran guerra mundial a las puertas de la segunda. Aquellos felices años veinte, donde Londres, París, Berlín ejercían de capitales culturales, cuyo eco llegó también a la España republicana.

Años donde afloran las diferentes manifestaciones de la sexualidad, en su concepto más emancipatorio. La exposición trazará un recorrido circular, desde aquella película germana de 1925 Caminos hacia la fuerza y la belleza del cuerpo, que elogia los cuerpos atléticos y desnudos de inspiración griega; hasta el conjunto de esculturas marmóreas de culto a la fuerza del hombre que imponen los totalitarismo, nazismo, fascismo y sovietismo.

Aliaga lo explica muy bien en el video de la web del IVAM que adelanta las muestras que se inaugurarán tras la pandemia. Anuncia que la exposición explora los cambios producidos en la sexualidad y el regreso de leyes represivas. Quizás hay que recordar que Oscar Wilde estuvo dos años preso condenado a trabajos forzados acusado de indecencia grave.

Aunque la cárcel a Wilde fue a finales del siglo XIX, la crisis social europea tras la primera contienda mundial estimuló la aparición del impulsó de reformas sexuales.

El comisario resalta como las manifestaciones artísticas de aquellos años reflejaron la libertad de costumbres, y como el incipiente uso de la fotografía facilitó la exposición del cuerpo y de la desnudez.

Juan Vicente Aliaga, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Politécnica lleva años estudiando las aportaciones de los distintos feminismos y teorías de disidencia sexual en el terreno artístico. Entre sus publicaciones destaca Desobediencias. Cuerpos disidentes y espacios subvertidos en el arte en América Latina y España: 1960-2010 (Egales, Madrid, 2015); y también Orden fálico. Androcentrismo y violencia de género en las prácticas artísticas del siglo XX (Akal, Madrid, 2007). Organizó la exposición dedicada a Pepe Espaliú, el artista que rompió el tabú del sida en España, en el Reina Sofía en 2003).

Siete secciones

«Des/Orden moral. Arte y sexualidad en la Europa de entreguerras» tenía prevista su inauguración en julio, a la espera de confirmación lo que está claro es su estructura en siete secciones. Un recorrido donde las obras de artistas repasarán uno de los periodos decisivos en la historia del arte moderno.

La muestra se abrirá con «Las culturas del cuerpo». Una parada en el contexto alemán de lo que se denominó körperkultur, donde la representación del desnudo afloró ciertos atrevimientos. «El círculo de Bloomsbury y otras estéticas» atiende a aquellas élites de Oxford y Cambridge que siguiendo la estela del sexólogo Edward Carpenter, o a los componentes polisexuales del grupo de Bloomsbury que tanto transgredió las reglas de la sociedad eduardiana.

En la tercera sección «Trauma y deseo», Aliaga vuelve a la Alemania de la República de Weimar, y la creación en 1919 del Institut für SexualWissenschaft (Instituto para el estudio de la sexualidad), fundado por Magnus Hirschfeld, que impulsó la abolición del párrafo 175 del código penal que criminalizaba las prácticas sexuales entre hombres. Pero al mismo tiempo proliferaron los casos de crímenes sexuales, donde las prostitutas también se llevaron la peor parte.

La exposición viaja a París en «Bajo esta máscara, otra máscara», donde se refugiaron parejas de lesbianas y donde la pintora danesa Gerda Wegener vivió con su marido Einar que se identificaba como Lily, una de las primeras mujeres transexuales conocidas. «Los abismos del sexo» se detiene en las disidencias sexuales del surrealismo.

«En tiempos sicalípticos» se verán las revistas ilustradas libidinosas (sicalípticas) de la II República Española, y como Federico García Lorca, diana de las invectivas del conservadurismo español, supo plasmar en sus dibujos el pálpito del amor homosexual.

Aliaga cierra «Des/Orden moral» con «Totalitarismos viriles», con esa nueva amenaza de guerra, que impone el culto a la fuerza basado en el odio nazi al diferente, bien sea judío, homosexual o gitano.

Hay que aprender de aquella crisis de entreguerras, para no repetirla.

Compartir el artículo

stats