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El teatro salta a la red para sortear la cuarentena

Las iniciativas de compañías de teatro clásico se encuentran con la dramaturgia vanguardista para mantener activo el sector

El teatro salta a la red para sortear la cuarentena

Aún es pronto para imaginar el inicio de la desescalada del confinamiento del Estado de Alarma, por lo que resulta complicado prever cuán largos serán los plazos y casi imposible adivinar el final de los mismos; esto es, la anhelada normalidad de la que disfrutábamos en el lejano mes de febrero. En esta incertidumbre vive el mundo del teatro: alejado del debate público, permanece atento a las decisiones que sí se están tomando respecto al fútbol, el espectáculo con público en directo a partir del que otros actos podrían prever su futuro. Las últimas noticias al respecto no son halagüeñas, y a lo largo de la pasada semana se apuntaba a que los estadios podrían permanecer vacíos hasta el año 2021. Ante esta perspectiva, y tras cerca de un mes y medio en cuarentena, la alternativa de los contenidos por Internet se ha alzado como una opción cada vez más adiente para el mundillo. Al calor de la red han venido surgiendo distintas iniciativas alrededor de las artes escénicas a través de la pantalla de un ordenador, la tableta o el teléfono móvil; lo que al principio era un escape empieza a vislumbrarse como una vía para poder retomar la actividad.

Así lo valora Victoria Mínguez, actora y productora teatral, componente de Teatre a l'Abast. Esta compañía valenciana, que Mínguez dirige junto a su compañera Lucía Abalde, puso en marcha el pasado 12 de abril una iniciativa teatral online que en poco más de diez días ha logrado un seguimiento destacable. Se trata de Abastint-vos de teatre, un proyecto de lecturas dramatizadas a través de su cuenta de Instagram (@teatre_abast) en forma de vídeos de poco más de un minuto, interpretadas por diferentes actores del panorama teatral: Ramón Ródenas, Laura Pellicer, Idoya Rossi, Pascual Peris... «Nació como algo pequeño, con gente de la misma compañía, pero al final está pidiendo participar muchísima gente. Y no solo intérpretes, también directores, escenógrafos, músicos...».

Más de cien personas están ya implicadas en el proyecto, según explicó Mínguez, lo que a ella y a Lucía Abalde les trae «locas, buscando textos que interpretar». Han seleccionado obras de grandes clásicos como Molière o Shakespeare, y también de autoras y autores del territorio como Mertxe Aguilar o Lluïsa Cunillé, y a medida que la iniciativa ha cosechado cierto éxito, han sido los propios dramaturgos quienes han acabado acudiendo a ellas para que sus obras sean interpretadas.

La imposibilidad del teatro entendido en el sentido tradicional del espectáculo, en efecto, ha hecho que la atención se gire hacia Internet. Y en este particular arte de la dramaturgia digital, hay autores que llevan años de adelanto en la tarea de hacer de la red un instrumento teatral y explorar sus diferentes posibilidades. Ramón Gázquez y Cristian Alcaraz son un ejemplo de ello. La cuarentena impuesta por el coronavirus les ha hecho salir a la palestra, si bien evitan anotarse el tanto frente a los acérrimos defensores del teatro como experiencia exclusivamente en vivo. Estas semanas han aprovechado para relanzar su obra Sal de la pantalla y bésame. «Por sintetizar, pensamos en el espectador más bien como un usuario. El exceso de estímulos que caracteriza el ocio hace difícil mantener la atención, por eso, en nuestras funciones queremos que el espectador se sienta protagonista, y que participe en la obra, que tome decisiones», explicaba por teléfono Cristian Alcaraz. En su propuesta, que ya llevan cultivando varios años a través de distintas obras, la experiencia se acerca casi más a la de un videojuego que a la de una obra de teatro clásico, y usan la línea entre realidad y ficción para saltar a la comba.

Cambio temporal de paradigma

Tanto en la iniciativa espontánea de Teatre a l'Abast como en la propuesta vanguardista de Cristian Alcaraz y Ramón Gázquez subyace la adaptación de la interpretación teatral a través de la red, que podría ser necesaria para el sector en una coyuntura en la que la vuelta a los escenarios aún no tiene fecha. Para Cristian Alcaraz y Ramón Gázquez, la cuarentena ha supuesto una oportunidad de mercado. Para las promotoras de Teatre a l'Abast, un revés que aún no saben cómo salvarán, a pesar de que el éxito de público que ha cosechado su iniciativa les ha hecho plantearse el debate. «Por la situación que vivimos, puede que hayamos de reinventarnos y probar nuevas fórmulas de difusión de obras», admitía Mínguez, aunque ello con una condición sine qua non: «El sector no se va a sostener así. Se han de lanzar iniciativas telemáticas, por televisión y a través de las redes, pero con el apoyo económico de las instituciones», señalaba.

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