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Entrevista

Máximo Huerta: "Escribí la novela en un momento durísimo, cuando dimití como ministro"

"Con el amor bastaba" es un canto a la búsqueda de la aceptación y la libertad. Y un antídoto.

Máximo Huerta: "Escribí la novela en un momento durísimo, cuando dimití como ministro"

Máximo Huerta empezó a construir Con el amor bastaba tras salir del Ministerio de Cultura y Deporte, del que fue titular durante seis días en 2018. El ministro más breve de la democracia, viajó a la Toscana y se adentró en esta historía porque, apunta, necesitaba «llenar el vacío» y evadirse.

¿Escribir esta novela le ha ayudado a aligerar el alma?

Mucho, he sido muy feliz escribiéndola. Buscaba que fuera una novela para leer de un alguien a otro alguien. Me gusta la cultura oral, los mitos, las leyendas, las rondallas valencianas, las canciones que permanecen de generación a generación... y esta novela está escrita para que pueda, incluso, ser leía en voz alta.

¿Ha sido terapéutica?

Una novela es un refugio y al final también lo ha sido para mí. Un maravilloso refugio.

La escribió en un momento complicado.

Un momento durísimo. Al final nuestro paso por el mundo es limitado y un escritor tiene que aprovechar todas sus experiencias. Yo digo que es un libro de entreguerras porque empecé a escribirla cuando dimití y ha estado en cajas guardada desde que empezó el confinamiento, un momento duro mundial. Para mí, esta novela es ese paréntesis de felicidad, entre un momento y otro.

¿Al dimitir se quitó un marrón de encima?

No lo sé, no soy visionario. No sé que es lo que habría pasado. No puedo volver atrás y no sé cómo habría reaccionado. Ese pensamiento no está en mi cabeza.

Su personaje, Elio, vuela. ¿Cuántas veces ha soñado con tener este don?

El libro es evasión y la evasión es necesaria. Los seres humanos necesitamos salir de la realidad inmediata en la que estamos. Reivindico la ficción porque es necesaria.

La fantasía es una buena vida de escape.

Así lo ha sido para mí desde niño y así lo está siendo de mayor. Soy hijo único así que escribir, leer y pintar en mi habitación en un tiempo en el que no había maquinitas ni telefonitos con aplicaciones, la ficción era muy necesaria.

«El día que perdí gané».

Me he dado cuenta de la frase a posteriori. La podemos aplicar a la vida porque el día que pierdes dejas de saltar muros y eres más feliz al quitarte una mochila, los perjuicios y el plomo que te impide volar y ser libre.

Una palabra está latente en toda la novela: amor.

El amor como antídoto. En todas las situaciones de la vida hace falta mucho amor, sobre todo ,porque el amor nos salva, une y ayuda a ser mejores. En estos días de confinamiento, cuando he hablado con amigos, nadie me ha dicho que quería irse a Filipinas y sí que deseaba ver a sus padres, familias... Estos días se ha demostrado la importancia del amor.

«Con el amor bastaba» es una fábula pero podría ser muy real

Juega con la fábula pero es muy real, sí. Habla de la familia, de la necesidad de ser feliz, de la importancia de ser nosotros mismos. Es un canto a la búsqueda de la aceptación, de la libertad, de cómo actuamos los demás, de cómo actúa la familia, de cómo somos y de cómo nos enfrentamos al diferente. Reivindico el valor de la diferencia frente a lo que llaman normalidad. Todos somos especiales, todos somos únicos y raros y todos necesitamos del amor.

Elio reclama comprensión, aceptación y cariño.

La familia es clave en la historia porque, con la mejor de las intenciones, los padres intentan ayudar pero también te pueden destrozar la vida. El padre cree que, si su hijo no destaca entre los demás, va a ser más normal y más feliz porque nos pasamos la vida ocultando lo que nos hace diferentes; y la madre cree que dejándole volar va a ser un niño más feliz.

¿Y cómo es Máximo?

Soy tolerante, prudente y cariñoso porque la vida no es tan larga. Creo que la felicidad también se trabaja y se debería enseñar incluso en los colegios. Nos deberían enseñar a ser felices.

En este confinamiento, ¿qué ha aprendido?

No necesitaba que llegara una pandemia para saber a quién quería. Creo que esta situación pronto la olvidaremos. Hay un encanto en el olvido que lo hace inexplicablemente deseable porque, incluso para sobrevivir a la muerte de un padre, tienes que olvidar porque si no no viviríamos.

Su protagonista pinta acuarelas, y usted en este periodo, las ha pintado y compartido a través de sus redes sociales.

Pinto desde niño. Mi madre pintaba y yo de pequeño imitaba sus cuadros. En Buñol iba al taller de un pintor y aprendí a limpiar pinceles, hacer lienzos, a pintar.. Estos dias, como estaba solo en casa, escribía por las mañanas y pintaba por las tardes. Decidí mostrarlo porque era una forma de perder el pudor y el miedo.

Qué importante ha sido el arte en este confinamiento...

Espero que, cuando esto acabe, todos recuerden que la cultura nos ha hecho los días mejores. La generosidad del sector ha sido maravilloso y se merece un aplauso.

Periodista, escritor, ministro, pintor... ¿qué le gustaría probar?

No lo sé. Disfruto con todo lo que hago. Nunca me pongo metas por si acaso no las cumplo.

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