«Solo el bien tiene profundidad y puede ser radical», escribió Hannah Arendt. La filósofa alemana es uno de los tres referentes intelectuales sobre los que Mery Sales ha edificado «Seres fuera de campo», una exposición con 50 de sus pinturas y un repaso a 20 años de carrera

Arendt y su pensamiento político, Weil y su compromiso social y Zambrano y su mirada poética son los «personajes matriz» a través de los que Sales «reivindica una serie de elementos fundacionales en sus obras: la memoria del propio lenguaje artístico y su referencia al "mal banalizado"; la "razón poética" como una suerte de intersticio fecundo y clarividente; y la llegada a la posibilidad del bien entendido como una condición que a cualquier ser humano le corresponde», según resumió el comisario de la muestra Álvaro de los Ángeles.

«Uno de los retos más creativos ha sido saber hilar a las tres filósofas en el espacio sin hacer separaciones abruptas -reconocía ayer la artista-. Hay un denominador común del pensamiento de las tres que se va filtrando por la exposición y luego hay un hilo conductor que es la pintura simbolizada en el color rojo que va generando un ritmo cromático».

Rojo es el mono de trabajo que vemos en varios de los lienzos y con los que Sales ejemplifica su necesidad de ponerse en la piel de los que sufren, en esos «seres fuera de campo» que también quedan representados con sus paisajes de hierbajos y flores maltrechas de los bordes de los caminos sobre fondos desenfocados.

Fuera de campo, o fuera del lienzo, están los personajes anónimos , los «parias conscientes» de esa serie de retratos que dan fin a la exposición e inicio a la nueva exploración artística de Sales por el lado del bien. «Son personas que para mí representan ese poder de lo colectivo, y de estar y entender el mundo como algo interdependiente y donde cualquier acto que hacemos tiene consecuencias. Es entender el compromiso social al que me llevaban las tres filósofas».