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Tribuna

Bajo el espíritu de Helga Schmidt

Bajo el espíritu de Helga Schmidt

W agner vuelve al Palau de le Arts. Con él, el espíritu de Helga Schmidt». Arden las redes melómanas con comentarios muy entusiastas de la temporada 2020-2021 del Palau de les Arts, presentada en la mañana de ayer. Efectivamente, después de los años de barbecho del oscuro periodo Livermore, Jesús Iglesias recupera la propia memoria de Les Arts y se adentra en unas funciones de Tristan und Isolde dirigidas musicalmente por Mikko Franck y escénicamente por Alex Ollé. El reparto vocal es de campanillas, propio de los que se gastaba la Schmidt: Stephen Gould como Tristan y Elena Pankratova como debutante Isolde, mientras que el Rey Marke será encarnado por el gran René Pape, que pese a lo que indica la nota de prensa, en absoluto debuta en Les Arts: la despierta Helga Schmidt ya lo trajo para cantar el Réquiem de Verdi con Maazel, en marzo de 2008.

De alguna manera, este Tristan simboliza la nueva era del Palau de les Arts. También, paradójicamente, la vuelta a su antigua «normalidad». Un tiempo que su director artístico, Jesús Iglesias, ha sabido conciliar y marcar con su impronta personal, además de abrirlo a nuevos repertorios e intérpretes. La hilvanada temporada -primera sin Plácido Domingo- aúna calidad, diversidad, criterio y sentido conductor. Frente al italianizado cajón de sastre de la época de Livermore, este revitalizado Palau de les Arts traza un hilo directo con la época dorada de Helga Schmidt para mirar con ojos bien despiertos a cuanto acontece alrededor.

Y ha buscado y encontrado lo mejor. Los mejores directores de orquesta, los mejores directores de escena, los mejores cantantes. Lo mejor, sean o no amigos. El compadreo ha sido definitivamente erradicado. El arte y su excelencia como bandera única. El Palau de les Arts y su público por delante de la propia conveniencia. Exactamente como hizo Helga Schmidt, y exactamente como dijo ayer Jesús Iglesias en la conferencia de prensa: «Esta temporada quiere ser un marco de reflexión sobre la capacidad de la especie humana para sobreponerse a la adversidad». Hechos son amores, y esta programación exigente y variada, es el mejor modelo de cómo con talento, energía e ilusión es posible sobreponerse a la fatalidad. ¡Bravo!

La programación no deja lugar a dudas en su intención, y aparece cargada de óperas, algunas inéditas en Les Arts: desde el Mozart de Mitridate re di Ponto dirigido en versión de concierto por Marc Minkowski, a una de las últimas grandes deudas verdianas pendientes: Falstaff, que llega en un reparto de primer nivel protagonizado por Ambrogio Maestri (el gran Falstaff de nuestros días), Ainhoa Arteta (Alice Ford) y Violeta Urmana, que debuta en el papel de Mrs. Quickly. La dirección musical correrá a cargo del estadounidense James Gaffigan, quien es uno de los candidatos con más ases en la manga para convertirse en el próximo director musical de Les Arts.

Rossini retorna con la siempre chispeante La Cenerentola, en nueva producción promovida por el Palau de Les Arts junto con la Dutch National Opera y el Grand Théâtre de Ginebra. Las funciones serán dirigidas por el veterano Maurizio Benini, y en el reparto no faltan estrellas como el tenor estadounidense René Barbera, la mezzosoprano Anna Goryachova como Angelina y el eterno Don Magnífico del gran Carlos Chausson. Dentro del gran repertorio, hay que incluir las dobles funciones de I Pagliacci y Cavalleria Rusticana, encomendadas escénicamente al casi siempre genial regista Giancarlo del Monaco. La dirección musical será asumida por el alcoyano Jordi Bernàcer. Entre los cantantes, nombres tan célebres como la veterana Sonia Ganassi (Santuzza), Ruth Iniesta (Nedda) o el siempre bienvenido tenor tinerfeño Jorge de León, que hará doblete encarnando dos papelones tan exigentes como los de Turiddu (Cavalleria) y Canio (Pagliacci). El rol de Mamma Lucia será defendido nuevamente por María Luisa Corbacho, que ya lo interpretó de modo sobresaliente en esta misma producción en marzo de 2010, entonces con Lorin Maazel, y protagonizadas igualmente por Jorge de León.

La ópera contemporánea, el género lírico español y la recuperación de obras maestras olvidadas ocupan también lugar destacado. Fin de partie, de Kurtág ( Markus Stenz, dirección musical, y Pierre Audi, dirección de escena); Il tutore burlato, de Martín i Soler (con la batuta de Cristóbal Soler y la escena de Jaume Policarpo), o L'isola disabitata, del sevillano Manuel García (que supone el regreso del director de escena Emilio Sagi a Les Arts), son algunos de los hitos de una temporada que tampoco olvida la zarzuela, representada en esta ocasión por la joya de El barberillo de Lavapiés, obra maestra de Barbieri que llegará avalada con el lujo de la batuta Miguel Ángel Gómez Martínez. Se verá en la producción original del Teatro de la Zarzuela, firmada por Alfredo Sanzol.

Gómez Martínez no será el único gran director español de la temporada. Junto a él destaca la vuelta de Gustavo Gimeno, el más internacional director de orquesta español actual, que en esta ocasión interpretará al frente de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, el Cor de la Generalitat y la Escolania Mare de Déu dels Desemparats la monumental Tercera sinfonía de Mahler. Será el 19 de diciembre, y como solista intervendrá la contralto Karen Cargill. Además de Gómez Martínez y Gimeno, la temporada incluye los nombres de Pablo Heras Casado ( Sinfonía Leningrado de Shostakóvich; 17 octubre) y Juanjo Mena ( Arriaga, Mozart, Schubert). Entre las batutas extranjeras, además de los ya citados Franck Gaffigan, destacan los nombres señeros de Fabilio Luisi ( Novena de Beethoven) y Daniele Gatti ( Réquiem de Verdi), a los que se añade el turinés Antonello Manacorda.

Pero la joya de la corona de esta surtida programación toda ella sobresaliente es el selecto ciclo de recitales líricos, protagonizado por algunos de los mejores cantantes del género. Seis citas imprescindibles en las que, además de la española Ainhoa Arteta, brillarán las voces de la también soprano Lise Davidsen (25 octubre), Anita Rachvelishvili (17 enero), el barítono Christian Gerhaher (Schubert, Berg, Fauré; 12 febrero), Sonia Yoncheva (25 abril) y René Pape (16 mago). A tan excepcional plantel de cantantes aún hay que sumar a la mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato, quien el 13 de diciembre abordará obras de Monteverdi, Gluck, Händel y Purcell junto con el conjunto Il Pomo d'Oro dirigido por Máxim Emelyanychev. Que los demonios del maldito coronavirus no agüen esta intensa, extensa y definitivamente sobresaliente cita musical.

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