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Perfiles

Dos músicas ligadas al Palau

La argentina Claudia Montero será durante los dos próximos años la compositora residente del coliseo valenciano, para el que creará dos nuevas obras - La violinista Leticia Moreno es la artista residente, tocará junto a la Orquesta de València y ofrecerá clases magistrales

Claudia Montero y Leticia Moreno, esta semana en el vestíbulo del Palau de la Música eduardo ripoll

Claudia Montero dejó Argentina hace casi 20 años «cuando el corralito famoso», y dice que llegó a València «casi por casualidad». «Me hablaron bien de la ciudad y vine a comprobarlo y ya no me mueven de aquí». Aquí ha dado clases en varios conservatorios superiores durante 15 años y ha desarrollado su trabajo como compositora. Sus obras se programan en medio mundo y con ellas ha ganado cuatro Latin Grammy a mejor álbum y mejor composición clásica contemporánea.

Por su parte, Leticia Moreno es una de las violinistas españolas más valoradas a nivel internacional, inmersa en giras como las que le iban a llevar este año por Estados Unidos y China y que ha tenido que suspender por culpa del coronavirus. «Desde que nací me he movido por todo el mundo. De pequeña estuve en Noruega y en Estados Unidos. He vivido en Italia, Alemania, Londres. En Viena tuve a mi hijo. Madrid, donde nací, me encanta? Pero desde que llegué aquí hace cuatro años, vivo entre la Vallesa y el Parque del Túria, València me tiene enamoradísima. Aquí he encontrado una paz y una relación de la gente con la música que no he encontrado en otro lugar».

Claudia Montero y Leticia Moreno son dos foráneas que han encontrado en València el lugar que les hace felices e incentiva su talento. Y más ahora que han sido elegidas compositora y artista residentes del Palau de la Música para los próximos dos años.

«La residencia de un compositor significa un vínculo directo con la orquesta y con el director y tiene como función llevar adelante una o dos obras originales para la orquesta», explica Montero sobre su trabajo en el Palau durante los próximos años, en los que también mantendrá encuentros con jóvenes compositores y les ayudará a crear una obra.

La primera de las composiciones de su residencia ya está en marcha. Se llama Ave fenix symphony y es obra sinfónicocoral para mezzosoprano, coro mixto y orquesta, que tendrá que tener lista a mediados de 2021 para estrenarla con la Orquesta de València y con la Choral Arts Society of Washington.

Ave Fenix será una composición, según explica la autora a Levante-EMV, atravesada necesariamente por la actualidad pandémica: «Si uno no se pone dentro de una burbuja, si uno se entrega a la vivencia social es inevitable que esto influya. Por eso Ave fenix ha pasado de ser una composición sobre un dolor individual a una sobre un dolor colectivo pero en lo que lo más importante es el mensaje esperanzador, la necesidad de transmitir que podemos salir de ésta, que lo vamos a conseguir».

Para Leticia Moreno coger su violín y hacer música en estos tiempos extraños es, asegura, «un reto más». «A mí me gusta ver la parte positiva de las cosas, y me ha parecido muy bello ver cómo mucha gente se ha desvivido por los otros, y que ante las dificultades ha crecido la creatividad». Y en estos nuevos tiempos, afirma, la música seguirá siendo fundamental «porque te hace reflexionar, dar alegría a unos y consolar a otros, alcanzar a través de los conciertos momentos de emoción colectiva en los que el tiempo no corre».

Aunque lleva viviendo cuatro años en València, Moreno es una vieja conocida del público valenciano, sobre todo el del Palau, donde ya tocó cuando estaba embarazada de su hijo.

«Yo he venido al Palau muchas veces como solista con la Orquesta de València y con otras orquestas, pero ahora como artista residente la relación será más asidua. El 9 de enero daré un concierto donde voy a tocar música de Dvorak, también ofreceré uno de música de cámara con amigos de la OdV».

Como en el caso de la compositora residente, la artista también dará durante estos dos años clases maestras a músicos jóvenes: «Creo que puedo aportar un valor diferente y desde mi experiencia a varias generaciones. Creo que ser artista residente es un proceso natural de mi relación con el Palau. Es una oportunidad».

Tanto Claudia Montero como Leticia Moreno se muestran especialmente ilusionadas con este aspecto didáctico de su residencia. Son conscientes, además, de que el hecho de que ambas sean mujeres puede ser un buen ejemplo para seguir rompiendo barreras en un mundo, especialmente el de la composición, en el que la presencia femenina sigue siendo bastante menor que la masculina.

«Si las mujeres conseguimos menos premios que los hombres es porque somos todavía muy pocas compositoras y por eso necesitamos un planteamiento educativo que convenza a más mujeres que estudien composición», explica Montero. «Si esta visibilidad sirve para que otras jóvenes apuesten por ser compositoras y se metan en este mundo tan masculino, bienvenidas», subraya.

«Pero que no piensen que pueden conseguir sus objetivos solo por ser mujeres, sino por su calidad -añade la violinista-. Si estamos llegando a donde estamos llegando es por nuestra calidad. Ahora mismo en el mundo de la música es tan difícil lograr cierta excelencia que no importa que seas hombre o mujer».

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