¿Qué supone este papagayo?
Ese papagayo es una cosa preciosa que lucha por vivir, la pérdida de plumas cuando los pájaros arrancan a volar siempre me ha resultado una cosa con cierta violencia visual. Las emociones que viví en esa época eran desgarradoras, había belleza en ese dolor y también mucha tristeza, como esa imagen.
¿En qué influencias se ha basado para llevar a cabo su nuevo álbum?
Es un disco muy variado. Me puedo poner después de «Más Raro» de Bad Gyal la de «On the Level» de Mac DeMarco; me cuadra y me gusta. Me influencia tanto la música urbana como el indie lo-fi. 2019 fue un año muy difícil, tenía la autoestima por los suelos, y conforme iba mejorando, empeoraba la relación con mi pareja. La última mitad de ese año fue intentar salvar una relación agonizante de dos personas que se querían. Cuando acabó todo eso empecé una nueva etapa de mi vida, más superficial, y no lo digo como algo peyorativo. Hay una parte sensual y gamberra en el disco.
¿Cómo ha influido el confinamiento en este disco?
El disco lo acabé justo antes del confinamiento. «Booty Call» es la única que entró de extra porque me gusta mucho. Es la única canción que hice durante la cuarentena, la hice en casa, con cascos y sin mezclarla. Creo que la gente se escucha más y muchas personas que me cuentan cómo les hace sentir «Papagayo» me hablan en profundidad sobre ansiedad, desamor, romanticismo, rupturas?
Dijo que podría separar las canciones en tres EP's, pero en cambio ha preferido agruparlas en «Papagayo».
Un ponche multi-frutas, los sabores se confunden y a veces buscas la fruta que más te gusta pero el caldo tiene todo, una combinación única de sensaciones. Hay un poco de ansiedad, un poco de sexo, un poco de ruptura, un poco de Tinder?
Su disco trata sobre amor, desamor y algún romance fugaz. ¿Qué papel juega «No Me Da» en todo este engranaje?
Tiene que ver con lo quejica que soy, pero sobre todo con la ansiedad que por entonces me pesaba como una mochila de piedras durante todo el día. Vivir agotado te hace ser bastante negativo y veía como entre mis problemas con mi pareja, la exigencia de mi trabajo, mis frustraciones artísticas? me iba hundiendo poco a poco.
En «Papagayo» trata temas sobre situaciones vitales muy complejas.
Al principio avergonzante, pero instantáneamente después liberador. Hay algo que tiene la música y es que si dices por un micrófono delante de mil personas «hola tengo ansiedad, voy a terapia de pareja con mi novia y necesito un amigo» la gente no entenderá nada y pensará que soy un loco; en cambio, si lo hago cantando es diferente, entra por otro canal. Es una excusa perfecta para desnudarme y aceptarme.
Adriana Proenza, One Path, Sr. Chen, Karma Cereza y Turian Boy. ¿Qué aporta cada colaboración al disco?
Adriana es un portento del RnB en España, One Path es un artista y amigo con la misma sensibilidad que yo, cuando estoy con Sr. Chen somos como dos niños pequeños jugando en la bañera, Karma Cereza es una serpiente de sexo y poder y Turian Boy ha coproducido muchos temas de este disco conmigo, es mi compañero.
«Giro», «La Vida es Injusta» y «Booty Call» fueron los adelantos de «Papagayo».
Cuando saqué «La Vida es Injusta» y «Giro» quería que se viera que el disco iba a ser variado y que representaba muchas áreas musicales. «Booty Call» fue como un resbalón y se metió porque a la gente le encantó y a mí también.
¿Qué supone «Papagayo» respecto a «Ultravida»?
Ultravida fue fruto de mi cabezonería de querer hacer un disco: tardé demasiado, me frustré, y acabé odiándolo un poco. Es un disco muy bonito en realidad y nos pedimos perdón el año pasado. Creo que con «Papagayo» me despliego de verdad. Ambas son publicaciones sinceras.
¿Qué futuro le depara a «Papagayo» en su gira de presentación?
La cosa no está muy clara y no tengo ninguna prisa por presentarlo, el disco tiene mucho recorrido, hay mucho mensaje que desgranar, lo mejor que podemos hacer es ir bebiéndonos la vida a sorbitos y ya habrá momentos mejores para hacerlo todo.
