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Entrevista

"El Belles Arts no podrá atraer a la sociedad valenciana si no le das una estabilidad"

Pablo González Tornel, futuro director del Museu de Belles Arts de València.

"El Belles Arts no podrá atraer a la sociedad valenciana si no le das una estabilidad"

En 2019 Pablo González Tornel (València, 1977) presentó su candidatura para dirigir el Museu de Belles Arts. Quedó segundo por detrás de Carlos Reyero, que el miércoles anunció que dejaba el cargo por motivos de salud. Apenas unos días antes, la directora general de Cultura, Carmen Amoraga, había llamado a este historiador del arte experto en barroco que hasta ahora trabajaba como profesor en la UJI, para ofrecerle la dirección artística de esta institución que ha tenido cuatro directores en 10 años (él será el quinto), que tiene una carencia de personal que ninguno de los anteriores responsables ha sabido solucionar y que parece alejada del cariño de las instituciones y del conocimiento de los ciudadanos. «Es una decisión voluntaria, meditada y no la aceptaría si no pensara que voy a disfrutar -asegura un día después de hacerse público su nombramiento, que será efectivo el 1 de septiembre-. Conozco el museo, conozco la cantidad de personal que tiene, conozco las colecciones, la infraestructura? Creo que es una responsabilidad muy grande que me va hacer no dormir muchas noches, pero también sé que va a ser un periodo de mi vida espectacular».

No tiene ninguna experiencia en la gestión de museos. ¿Es el Belles Arts una responsabilidad muy grande para un novato?

No me asusta porque hay un elemento que facilita mi decisión: que no es una dirección gerente. Soy director académico, el que debe coordinar la política de exposiciones, la implantación de la museografía, las actividades culturales, pelear por dinero para comprar obras, valorar propuestas? Pero no quien ha de gestionar las facturas, afortunadamente porque si no quebraría toda la administración. Me da más respeto saber si estaré a la altura de lo que es este museo.

¿Y qué es este museo?

Es difícil explicarlo. Siempre cuento la primera vez que fui a la Galería de los Uffizi en Florencia y lloré como una magdalena al entrar en la sala de Botticelli. Esa sensación solo la tiene la persona que está enamorada hasta las trancas del arte. Pues para un enamorado hasta las trancas del arte el poder trabajar y ser el jefe de una institución como esta, que tiene 30.000 obras en sus fondos, ser quien baja al almacén y decide qué obra de arte va a sacar a la sala, es una oportunidad impresionante.

El autorretrato de Velázquez , los goya, los sorolla, los pinazo, el gótico, el XIX... ¿Por qué un museo con todo esto sigue sin ser un motivo para que muchos valencianos crucen el Túria?

Somos animales de costumbres y la sociedad valenciana no tiene la costumbre ni de ir al Belles Arts ni de estar al tanto de sus exposiciones. En Madrid, sin necesidad de ser personas supercultas, sí que están al tanto de estas cosas e igual que miran la cartelera del teatro miran las de sus museos. Ese habito no se puede crear de un día para otro. Yo voy a intentar inventar todos los modos posibles para convencer a la gente de que cruce el río, generar acciones que sean susceptibles de atraer a gente. Me da igual que sea por un espectáculo de música techno que un cineclub, pero quiero que la gente se atreva entrar. Si entra y sigue sin interesarle, ahí ya no puedo hacer nada.

¿Y cómo convertir el Belles Arts en un contenedor cultural si ni siquiera hay suficiente plantilla para un museo normal?

Se puede hacer, pero hay que conocer bien la infraestructura y los recursos humanos y darles ilusión. Ya se hacen cosas para atraer a gente, pero el problema es que vienen los que vienen siempre. Yo quiero que venga el chavalerío de 25 años que llena el Centre del Carme y que de manera natural no va a venir a un museo de arte clásico. Sé que si vienen y se ponen ante el triptico del Bosco, descubrirán que tienen más conexión con eso de lo que se imaginan.

Cuando fue presentado le vi resignado ante la falta de personal o la posibilidad de que el plan museográfico no esté este año.

Eso es como decirme que por qué me he rendido a no ser rubio con los ojos azules. Este museo tiene el personal que tiene, el edificio que tiene, y pretendo pelearme por las cosas que puedo conseguir, maniobrar dentro de los límites de la realidad. Que me suba a una mesa y patalee porque quiera tener dos conservadores, no va a servir para nada porque pierdo energía yo y la entidad. Hay que ser realistas. No es útil que me encastille en una visión idealista de cómo me gustaría que fuera el museo.

¿Es idealista pedir más de un conservador cuando el IVAM, por ejemplo, tiene nueve?

Eso es muy fuerte, pero no se puede funcionar por comparación. No se trata de que el IVAM tenga nueve y éste no tenga ninguno sino de saber qué posibilidades tengo de tener más conservadores con la situación jurídicoadministrativa del museo y los plazos que maneja la función pública. El Belles Arts se puede dar con un canto en los dientes por el presupuesto que tiene en comparación con el de hace cinco años. Yo quiero tener conservadores, por supuesto, pero hay otras necesidades mucho más acuciantes, como contar con profesionales de la restauración y la conservación.

No hay ningún museo en España que haya tenido cinco directores en 10 años. ¿No es esto señal de una institución en crisis?

No voy a hablar de las direcciones anteriores pero es cierto que desde Fernando Benito no ha habido nadie que se haya consolidado en el cargo, a veces por trayectoria o porque no ha cuajado la relación con los superiores políticos. Eso no beneficia al museo porque cómo narices vas a crear costumbre en la sociedad de venir al museo si cada cinco minutos está cambiando la política de exposiciones, no se puede atraer a la gente si no le das estabilidad. Pero es peor tener un mal director diez años que cinco buenos cada dos.

¿Está peor el Belles Arts ahora que hace 10 años?

(Duda) Como infraestructura está muchísimo mejor, tiene una colección mejor conservada y con más obra restaurada, tiene una proyección de futuro muy buena en la aplicación del plan museográfico y museológico, tiene una implicación creciente de las instituciones? Pero hace 10 años el museo tenía a Fernando Benito, que es mucho Fernando Benito? Ya veremos si Pablo González Tornel está a la altura.

¿Le ha dado tiempo a pensar en proyectos expositivos para el museo?

Quiero que las exposiciones temporales potencien el conocimiento de los fondos del museo y del arte valenciano, que sitúen a los pintores de la colección junto a otros pintores contemporáneos de otros ámbitos geográficos y realidades culturales. Además, la situación que nos deja la covid-19 nos obliga a plantear más exposiciones con temática transversal, que además de ser más susceptibles de atraer al público te permiten tirar de tu fondo de armario y por lo tanto son más económicas

Ministerio, conselleria, Academia, patronato, comité científico... ¿Le falta autonomía al director ante tanta gente que puede decir algo sobre su gestión?

Dependerá de mi mano izquierda. El museo es una estructura compleja en la que entra en juego la titularidad del edificio, de las colecciones? Mi responsabilidad es organizar todas estas voluntades. La personalidad que va a tener el museo mientras yo sea director es la mía. Yo soy autonomísimo y la dirección general no me ha dicho lo que debo o no debo hacer ni lo que debo o no exponer. Ha tenido conmigo un respeto exquisito. Y estoy convencido de que saben que si no es así el director puede no durar todo lo que les gustaría.

¿Ha hablado ya con el conseller Marzà o con alguien del ministerio?

No.

¿ No es extraño? Son sus jefes políticos.

Estamos en las fechas que estamos, esto ha sido superprecipitado y la prioridad es cuidar y respetar mucho la salida de Carlos Reyero. A partir del 31 de agosto estoy convencido de que quedaremos en conselleria y nos conoceremos.

¿Es un lastre para el Belles Arts que la administración titular del museo (el Ministerio de Cultura) esté en Madrid?

Más que un lastre, lo que es complicado para el museo es que haya una división de responsabilidades y propiedades que no consiga concretarse en una figura clara. Este museo es fruto de su propia historia y ha llegado al siglo XXI con una figura administrativa muy rara, pero hay que adecuarse a ella.

¿Que esta es la segunda pinacoteca de España es un tópico?

Reyero dice que es la primera, pero él puede decirlo porque no es valenciano. Si lo digo yo no queda bien. Pero si consideramos las colecciones, esta es sin duda la mejor de España después de El Prado.

¿Qué obra se llevaría a casa?

Buah? Por decir, me llevaría la Magdalena de Orrente, que me vuelve loco. Pero me conformaría con cualquier cosa de la primera mitad del XVII valenciano.

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