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Muestra

Karamustafa en más de dos mundos

El IVAM repasa la obra híbrida, mestiza, plural y polifacética de la artista turca más internacional - "Entre dos mundos" es un viaje por la memoria y las raíces, una confrontación entre la alta cultura y lo "kitsch" y un cuestionamiento de los géneros

Karamustafa en más de dos mundos

«No soy oriental, pero tampoco exactamente occidental». En esta indefinición se define la artista turca Gülsün Karamustafa, a quien desde hoy el IVAM dedica una exposición en la Galería 7 que se repasa gran parte de su obra desde la década de los 70 hasta nuestros días.

Se trata de una exposición que, como también apunta su título -«Entre dos mundos» - reivindica una modernidad híbrida y mestiza, polifacética y plural, con un pie en la contemporaneidad y el otro en la tradición popular. Karamustafa, destacaba ayer el director del IVAM y comisario de la exposición, José Miguel G. Cortés, es una artista «europea» que ha basado su producción «en las raíces culturales turcas», una creadora con «una visión amplia e integradora de lo mejor de los dos mundos».

Los mundos que dan título a esta muestra que permanecerá en el IVAM hasta el 18 de octubre hacen referencia a cuestiones identitarias y también apuntan a la forma en la que Karamustafa, posiblemente la artista turca viva más internacional, afronta sin miedo la relación entre la alta y la baja cultural: Tejidos estampados, alfombras con ilustraciones de vivos colores de tigres, vírgenes y moteros, figuras de aves sobre llamativas peanas, revistas sobre las estrellas de la radio de los años 50, dibujos inspirados en las telenovelas, «monumentos a lo kitsch», tal como se titula una de las obras exhibidas en la exposición€

En esta apuesta por la multiculturalidad, en este cuestionamiento sobre nuestra percepción de lo que es y no es arte ha influido decisivamente Estambul, la ciudad en la que reside Karamustafa desde que se trasladó allí desde Ankara siendo niña. Estambul, recordaba Cortés, es una ciudad inmensa, cosmopolita, una urbe impregnada de las diferentes formas de entender la vida, la religión, la cultura y la familia de las millones de personas que dejaron sus casas en el campo para instalarse en la ciudad.

«Entre dos mundos» refleja la vindicación de esta memoria por parte de Karamustafa mediante fotografías (ella misma en el tren que le llevó a Estambul por primera vez), publicaciones (Chronographia) y filmaciones (Memory square). La exposición también habla del exilio, y lo hace a través de Mystic transport, 20 paneras como las que suele usar el personal de limpieza de los hoteles llenas de edredones, una prenda convertida en fetiche identitario que los turcos suelen llevar cuando emigran a países como Alemania.

El IVAM también repasa la revisión que ha hecho Karamustafa del orientalismo, de la forma en la que los artistas occidentales han creado una estética sobre un Oriente que desconocen. En «From the outside» o en «Double action», la artista fragmenta y transforma viejas pinturas orientalistas para sacar a la luz lo que tenían de perversión, fantasía sexual y degradación de la mujer.

De ahí a su análisis de la masculinidad a través de Men crying, tres proyecciones paralelas en la que tres hombres heterosexuales y de edad avanzada (interpretados por tres conocidos actores turcos) se muestran estupefactos, lloran y se enfadan porque les ha abandonado una mujer.

Y otro de los motivos preferidos por Karamustafa que se refleja también en «Entre dos mundos» es el de la diversidad sexual, el cuestionamiento de los géneros tradicionales y su significación en la sociedad. La exposición lleva ahora al IVAM Unconsolidated visions, la intervención sobre la cultura travesti y transexual que la artista turca hizo en 1998 sobre varios balcones del Teatro Romano de Sagunt.

Esta exposición, resumía ayer Cortés, reivindica el sur y otro tipo de raícesi culturales,» que es algo que en el IVAM hemos intentado hacer en los últimos años. Uno debe ser moderno, vincularse a la cultura occidental, pero aportando cosas de su tradición».

Con «Entre dos mundos», Cortés se despide de la dirección del IVAM tras una gestión de seis años que según aseguró, ha quedado reflejada en esta y otras muestras recientes como «¿Cuál es nuestro hogar» u «Orientalismos». «En contra de toda visión unilateral, cerrada y sectaria, me gustaría que se recordara que aquí ha habido una apuesta por la multiculturalidad. Al menos lo hemos intentado».

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