Las intervenciones en el programa El Intermedio supusieron un trampolín para su carrera. Ahora, Usun Yoon (Busan, 1977) sigue trabajando como actriz en diversos proyectos como SuperNormal, la serie de Emilio Martínez Lázaro.
Estudió Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales y Lingüística. ¿Cómo acabó en la televisión?
Vine a España por vacaciones y me quedé. Quería ser diplomática pero al final me decanté por la interpretación. Además, cuando vine me interesé mucho por la literatura castellana, sobre todo Lorca y Valle-Inclán. No recuerdo el motivo exacto, pero al final decidí quedarme.
¿Encontró mucha diferencia entre su país y España?
Al principio sí. Todo era nuevo y nadie hablaba mi idioma. Incluso el inglés era difícil de hablar aquí. Ahora es muy diferente. La globalización ha hecho que cualquier lugar del mundo tenga elementos de otras culturas. Allí puedes encontrar comida española, igual que aquí encuentras platos coreanos. Se nota mucho la evolución y el cambio.
¿Cómo vive la actual situación, tanto a nivel social como cultural?
Con muchísima incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar. Creo que, a raíz de esto, hemos aprendido que la cultura es lo que nos hace crecer y desarrollarnos. Es clave para avanzar como sociedad. Si no entendemos esto, vamos por mal camino.
¿Cree que existen contradicciones según el lugar? Porque hemos visto que no es lo mismo un concierto en un festival de Marbella que una actuación musical en un teatro.
Lo vivo con nerviosismo porque muchos compañeros que se dedican al mundo cultural ven reducido el aforo a la mitad o productores que ya no se arriesgan, por ejemplo. Tengo amigos técnicos que se están planteando trabajar en otro lugar porque no se pueden permitir seguir así.
Hace unos días Vox culpabilizaba a China de «traer la peste del siglo XXI». ¿Estos discursos pueden ser peligrosos?
Vivimos unos tiempos de crítica destructiva constante. Parece que solo se preocupan de pisar al adversario para poder quedar por encima. Se ha perdido la reflexión constructiva. Esto también pasa entre los ciudadanos. España vivió un momento muy crítico que nadie sabía cómo afrontarlo, y muchos aprovecharon para hacer una campaña contra el partido opuesto en lugar de ayudar. Con esto solo se desvía lo importante.
