Una chica. Un adiós y un comienzo. Dos historias de amor. La valenciana de 31 años Alice Kellen publica hoy su noveno libro, Las alas de Sophie (Planeta). Es, dice, una novela de transición.

¿Quién medita a los 29 años sobre la muerte?

No nos paramos ni un segundo a pensar en la muerte cuando somos tan jóvenes porque es algo que, parece, no pinta nada en nuestro día a día. Pero no. Parece que cada vez vivimos más rápido y no tenemos tiempo para plantearnos esto que lo vemos como muy lejano.

Pero la novela invita a esa reflexión.

Era una de las cosas que buscaba con la novela. No es una frase hecha el decir que tu vida puede cambiar en cualquier momento, porque estas cosas pasan y no sabes cuando. No se sabe cuando algo puede fallar y te tienes que enfrentar a un duelo imprevisto.

Quizás esta pandemia ha puesto a muchos jóvenes ante un escenario desconocido como es el enfrentarse de tu a tu a la muerte.

Esta situación nos ha demostrado que somos frágiles y que a pesar de la edad... Nos hemos dado cuenta de que no somos invencibles. Lo que hemos vivido ha sido un golpe de realidad. ¿Quién se iba a imaginar esto en navidades? nadie. La vida nos ha demostrado que es totalmente imprevisible.

El miedo que aparece en muchas de sus novelas, está ahora más presente que nunca en nuestro día a día.

No hay quien no tenga miedo a que le pase algo a él o a sus seres queridos y, en esa situación, te das cuenta de que todo lo demás son nimiedades.

Muerte, miedo... también habla en Las alas de Sophie de aprender a vivir con grietas.

Eso es un aprendizaje complicado. El proceso del duelo, que no solo tiene que ser por un fallecimiento y también se puede aplicar a una ruptura, marca, duele y se queda ahí. Hay cosas que no tienen porqué superarse al cien por cien y sí aprender a vivir con ese dolor que, con el tiempo, se calma porque se suaviza.

Por no hablar solo en clave pesimista, ¿cree que la pandemia ha servido para relanzar la lectura entre la juventud?

Para mí, y para mucha gente, ha sido un refugio porque necesitábamos despejar la cabeza. La lectura es una manera de respirar.

¿En qué se diferencia Las alas de Sophie del resto de sus libros?

Siento que es una novela de transición hacia una novela más adulta que es hacia dónde van a ir encaminadas las siguientes publicaciones. Es una historia de amor pero también sentimental porque se centra en el duelo y la pérdida. No me gusta repetirme y busco que cada historia sea completamente diferente a la anterior en todo.

Más allá del marketing, ¿es una presión añadida que digan de usted que es la revelación de la novela romántica?

Yo escribo y no pienso en nada. No me dejo llevar por ello. Quiero que las novelas me gusten a mí y me gusta arriesgar. Escribo para mí misma porque creo que siendo fiel a mí encuentro el camino de contentar al público.

Un publico que, por cierto, le es muy fiel.

Yo como lectora soy así y, si un autor me gusta, al comprar su libro ni siquiera leo la sinopsis. Me interesa el público al que, más que la historia, le interesa cómo tu lo cuentas.