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La dramaturga Rosa J. Devesa da voz a las mujeres presas en las cárceles franquistas

Su obra "¡Agua!", que la compañía SaludArte estrena el 3 de septiembre en el Teatro Círculo de Benimaclet, saca a la luz los crueles castigos que sufrieron las represaliadas en las prisiones de la posguerra

La dramaturga Rosa J. Devesa da voz a las mujeres presas en las cárceles franquistas

Al enemigo ni agua. Acabada la guerra, en la terrible represión franquista, muchas mujeres padecieron un suplicio inhumano. Encarceladas, se las privaba incluso del agua. Mujeres sedientas de libertad que no podían ni humedecerse los labios, ni saciar esa sed infinita que se les impuso como cruel castigo. La dramaturga valenciana Rosa Juan Devesa ha investigado esa brutal represión que sufrieron las mujeres en las cárceles de la siniestra posguerra. Ha plasmado ese episodio tan poco conocido en una obra cristalina y pura como el agua. Se titula, cómo no, «¡Agua!». La compañía SaludArte la representa del 3 al 13 de septiembre (de jueves a domingo, a las 20.30 horas) en el Teatro Círculo de Benimaclet.

Rosa Juan Devesa ha dado voz y cuerpo a los potentes testimonios de esas mujeres. Ha sacado a la luz un hecho histórico invisibilizado. La obra no apela ni al odio ni a la venganza. Las historias fluyen como el agua.

Tras una ardua investigación, a la autora le sobrecogió el cruel castigo de la privación de agua en las cárceles de la posguerra. Quiso poner el foco en las historias de esas mujeres condenadas a la sed.

Lorca, en Yerma, ya utilizó el agua y la sed como potentes símbolos de la represión que han sufrido las mujeres: «Y tú también, tú también te callas y te vas con aire de doctora, sabiéndolo todo, pero negándolo a la que se muere de sed».

«Esta obra surge del fuerte sentimiento que despertó en mí ahondar en la investigación de la opresión que padecieron las mujeres en las cárceles de la posguerra. Encontré de casualidad un libro que abordaba esa realidad apenas conocida. Recogía numerosos testimonios que me han inspirado para escribir la obra», explicó a Levante-EMV la dramaturga.

«Tenía la obligación de situar esas historias en primer plano. Debía dar voz y poner cuerpo y alma a esas víctimas. Sufrieron represión dentro y fuera de los muros de las prisiones».

Pese a la dureza del tema de la obra, Rosa Juan Devesa ha apostado por contarlo de una manera dinámica y haciendo hincapié en las estrategias que aquellas mujeres desarrollaban para subsistir, ayudarse y organizarse dando rienda suelta a su creatividad para que su día a día allí, encerradas durante tantos años, no fuese tan espeluznante y no les llevara a perder su dignidad. En la obra confluyen grandes dotes de comicidad y de humanidad. Juegos escénicos, trabajo corporal, música y un texto poético enlazan las historias, que ponen en escena tres actrices.

La compañía SaludArte aborda con valentía temas difíciles y arriesgados que son apartados del panorama social por su dureza. Su propósito es trasladar a la sociedad realidades que se han orillado por su crudeza, pero que urge rescatar del olvido. ¡Qué mane libre y a borbotones teatrales el agua y la verdad!

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