Asisto a la representación, en el Teatro Romano de Sagunt, de «Saguntilíada». Resulta una espléndida representación, con gran esfuerzo de producción, individual y coral. Hermosos textos perfectamente recitados, que merecen el mayor reconocimiento y múltiples representaciones, por Sagunt y por el teatro.

Leo los autorizados comentarios de Juan Antonio Millón, que comparto, cuando afirma, que, desde el comienzo, con el monólogo del actor, Miguel Lázaro, hasta el final de la representación, la apuesta teatral fue toda una fiesta. Es la historia viva del teatro elaborada, con exquisito amor, por el autor, el saguntino, Paco Zarzoso, y llevada a cabo por la Companyia Hongaresa de Teatre.

Por allí desfilan, la tragedia y la comedia, la danza y el coro, Medea y la Calderona, el auto medieval y la comedia barroca, Lope de Vega y la destrucción de Sagunt, la dictadura franquista y el No-Do, la pervivencia del teatro y la de Sagunt.

La cuidada musica de Jesús Salvador 'Chapi', excelentemente interpretada, acompaña, con acierto, la labor de los actores, con efectiva coreografía de Jéssica Martín.

«La destrucción de Sagunto», dirigida por José Tamayo, había sido ya representada en el Teatro Romano, en 1954, y la orquesta fue dirigida por Agustín Alamán, al que guardo un agradecido recuerdo como profesor de música que tuve en el colegio. La destrucción supuso el desencadenante de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago. El sitio de Sagunt por Aníbal Barca, fue de una dureza y crueldad excepcional y el pueblo saguntino prefirió morir heróicamente antes que entregarse, como se recuerda en la representación. José Sancho, siempre recordó lo que para él supuso, como actor, representar esta obra en este escenario, y sobre esas piedras del Teatro Romano.

En la representación de la otra noche, la luna también quiso hacerse presente para no perderse la excepcional función. El texto de Zarzoso y la labor de la Hongaresa, venían a hacer justicia a la recuperación del Teatro Romano, tras siglos de abandono, con esta obra, en la que se rinde homenaje a Sagunt, y al teatro, con un espectáculo contemporáneo e innovador, que, con diferentes lenguajes expresivos, cuestiona al espectador con múltiples interrogantes

«Saguntilíada», supone el vínculo entre Sagunt y el teatro, acierta el autor con el título que une la epopeya del pueblo saguntino con el poema de Homero. La función acaba con la aparición del coro de actores ciegos, que recobra la vista, junto al público espectador, que se suma a la representación, en nombre de la ciudadanía, al considerar al teatro como fuente de inspiración de un pasado desempolvado y una realidad social cuestionada. En «Saguntilíad», el teatro es el protagonista, y el público se reconcilia con la historia de Sagunt, de su Teatro Romano y de la función social del teatro.