El bibliófilo y escritor valenciano Manuel Bas Carbonell falleció ayer a la edad de 78 años tras una larga enfermedad. Poseedor de la mejor biblioteca privada de la Comunidad Valenciana sita en Xàbia, fue incluida en 1994 dentro del Inventario General del Patrimonio Histórico Español. En el año 2000 Bas Carbonell vendió su fondo de más de 25.000 libros a la Generalitat, formando actualmente uno de los fondos bibliográficos más notables de la Biblioteca Valenciana de San Miguel de los Reyes. Gestor Administrativo con despacho profesional en Silla, comenzó una labor de coleccionismo de libros valencianos que se prolongó durante más de 40 años, y que le llevó a atesorar importantes incunables, manuscritos, y notables piezas de los siglos XVI al XVIII. Una tarea que compaginó con su comprometida dedicación a la cultura, dejando importantes exposiciones, congresos y seminarios, como los dedicados a Blasco Ibáñez, Roque Chabás, la imprenta valenciana o el Tirant lo Blanch. Entre sus contribuciones más notables figuran la elaboración del expediente que dio lugar a la declaración de la Lonja como Patrimonio Mundial de la Unesco. Además, desplegó una intensa labor editorial con instituciones como el Ayuntamiento de València, dirigiendo colecciones como «Así nos vieron» o «9 d´Octubre». Colaboraciones que se hicieron extensivas a otras instituciones, como el Consell València de Cultura, del que fue vicepresidente, las universidades valencianas, la Diputación de València, o la Sociedad Bibliográfica Jerónima Galés, de la que fue su fundador. Como escritor, fue autor de una extensa nómina de artículos en prensa sobre el libro valenciano, así como de innumerables obras, entre los que cabe destacar, Roque Chabás. El historiador de la «Renaixença», sus Viajeros valencianos (ss. XV-XX), o El Quijote de Valencia. Recientemente la Universitat de València publicó sus memorias bajo el alusivo título de Pasión por los libros. Memorias de un Bibliófilo. Publicaciones en las que intentó dar a conocer algunos de los tesoros bibliográficos que atesoraba en su biblioteca, en un intento por hacer de los libros, y en definitiva de la cultura, el mejor legado para las generaciones futuras. Una biblioteca que siempre estuvo abierta a propios y extraños, y que hoy está de duelo.