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El sector cultural enciende la "alerta roja" por una industria en quiebra

Más de 500 profesionales salen a la calle en València para denunciar la "situación límite" de sus empresas de ocio que provocará el desempleo en muchas familias - Piden la reactivación de los conciertos y ayudas para resistir con el bajo aforo

Los manifestantes, ayer, en la calle Las Barcas de València. m.a.montesinos

Técnicos de sonido, promotores, responsables de salas, montadores, pero también actores, músicos, organizadores de eventos y bailarines. Todos se concentraron ayer en el parque del Parterre de València para encender una «alerta roja», la de la cultura. Casi 500 profesionales del sector denunciaron la sangrante situación de la cultura a raíz de la pandemia, que ha dejado un reguero de empresas en quiebra, locales cerrados y balances de pagos que no encajan en esta nueva normalidad, para la que no se ha pensado un «plan B» para aquellos que viven de la cultura. «El sector está viviendo una situación límite, que, de no paliarse, supondrá la ruina de miles de familias, la imposibilidad de mantener el empleo y la inviabilidad futura de las empresas y de la actividad de muchos profesionales», denunció la plataforma Alerta Roja, creada ex profeso para la convocatoria histórica de ayer, y no solo por reunir al sector sino por ser la primera multitudinaria que se realiza aplicando los protocolos de sanidad. De hecho, para asistir era necesario portar una acreditación. A partir de las 19 horas, los organizadores acordonaron el parque de Alfons el Magnànim para controlar el aforo a la marcha. Solo entraron aquellos que tuvieron una invitación con código QR en el móvil. Media hora después, 180 profesionales con un flighcase (un contenedor de transporte para instrumentos o micros) partieron por la calle Pintor Sorolla hasta la Plaza del Ayuntamiento. Detrás de ellos les siguieron unas 300 personas. Andaron respetando la distancia de seguridad, con mascarilla y sin decir palabra. Solo el sonido de las ruedas de los contenedores y los aplausos de los transeúntes lograron cortar el silencio de las calles de una València absorta.

Tanto el Teatro Principal como el consistorio cambiaron el color de la iluminación de sus fachadas -al rojo- para solidarizarse con los profesionales. Una vez en la plaza del Ayuntamiento, los profesionales de la cultura posicionaron los flightcases para escribir en el suelo «SOS». «El sector del espectáculo y los eventos aglutina a profesionales y empresas con un impacto directo estimado en el tejido económico del 3,8% del PIB español y es creador de 700.000 puestos de trabajo relacionados. Ante la falta de reconocimiento de una vulnerabilidad clara, así como de ayudas concretas por parte del Gobierno, es vital dar visibilidad a la preocupante situación que vive el sector del espectáculo y los eventos», explicaron los organizadores.

La Asociació Sindical de Tècnics del País Valencià (ATEPV ) y la Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo de València (MUTA) han formado parte de la organización que ha reunido a miles de profesionales por todo el país. Valencian Music Association, el Sindicat d´Actors i Actrius Professionals Valencians, la Associació de Professionals de Circ de la Comunitat Valenciana, Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana, Asociación de Organizadores de Congresos y Eventos de la Comunitat Valenciana, la Asociación de Promotores de Festivales de la Comunidad Valenciana o el Sindicat de la Música Valenciana fueron otras de las entidades adheridas. Piden la aplicación de un IVA reducido, la recuperación de los ERTE por fuerza mayor total, la prórroga de la prestación especial por cese de actividad para los autónomos, ayudas que permitan a las empresas sobrevivir a un aforo reducido impuesto por razones sanitarias y la reactivación de las agendas culturales, aunque sea con menos público.

El descontento del sector viene de largo. Aunque todo se precipitó hace una semana, cuando el Ministerio de Sanidad lanzó una campaña para concienciar a la población ante la covid-19. Siguiendo la polémica campaña del Ayuntamiento de Murcia, el ministerio compartió una fotografía de un concierto masificado junto a la de una anciana ingresada. La imagen del concierto era de archivo, ya que desde marzo no se celebran eventos multitudinarios culturales. El Gobierno tiene ahora el turno de palabra en esta disputa, aunque más vale que no sea igual de duradera que la pandemia.

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