Su trazo, su sentido crítico, sus personajes... Quino ha influenciado a millones de dibujantes y humoristas gráficos de todo el mundo. También de la Comunitat Valenciana, donde guardaba un gran número de adeptos. «Hacía una crítica radical, pero con un trasfondo tierno imposible de imitar», asegura Sento Llobell, autor de la trilogía del Doctor Uriel (Astiberri).
«Hacía tiempo que no trabajaba, porque su salud iba deteriorándose cada vez más, pero su legado tiene un valor incalculable. Me acuerdo mucho de comprarme los primeros Mafaldas en la década de los 70, cuando todavía estaba en la universidad. En cuanto pasaba por una librería y veía un libro de Quino era automático. Lo tenía que comprar», explica el autor valenciano a Levante-EMV.
«Para mí, ha sido el mejor humorista gráfico que ha existido y una de las mentes pensantes más geniales e inteligentes del sector cultural. Ha habido otros humoristas buenos, pero no con la ternura que desprendían las viñetas de Quino», reflexiona Llobell, quien describe a este autor como «ácido y radical».
«Hacía una crítica radical contra el sistema. Sin embargo, siempre lo hacía desde un sentimiento muy noble, apiadándose del ser humano. Ha sido el mejor humorista gráfico de la lengua española, incluso mejor que algunos franceses e ingleses. Si lo comparo con ellos, me sigo quedando con Quino», explica el valenciano.
Otra de las personalidades valencianas que ha lamentado la pérdida de Quino es la Premio Nacional de Cómic Cristina Durán, autora junto a Miguel Ángel Giner Bou de El día 3 (Astiberri), sobre el accidente de metro en València. «Era un maestro absoluto. Le he seguido desde pequeña. Devoraba las tiras de Mafalda, y aún hoy sigo volviendo a sus libros», confiesa la valenciana.
Durán asegura que Quino ha influenciado cada uno de sus trabajos. «Ha afectado a mi forma de entender el cómic y también a la hora de dibujar». Según Durán, el mayor legado de Quino se encuentra en sus «mensajes críticos y providenciales». «Su humor sigue estando muy vigente en la actualidad. Cualquier tira de Quino encaja perfectamente con nuestro día a día y las noticias que leemos. Si le hubiésemos hecho caso igual no estaríamos así», añade la autora.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, recuperó ayer una viñeta de Mafalda en la que ponía que ‘como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante’. «Lo pensaba Mafalda. Lo vemos cada día», añadió. El conseller de Cultura, Vicent Marzà, compartió una viñeta del personaje más famoso del argentino haciendo alusión a la lucha de clases y añadió: «Gracias Quino por haber fomentado siempre el pensamiento crítico y por tu compromiso con la educación y la cultura.
El Gremi de Llibrers de València también dedicó unas palabras al autor: «Con Mafalda, nos enseñó a entender el mundo a través de una niña. Nuestras condolencias a su familia y amigos».
El director de la Cátedra de Estudios de Cómic de la Universitat de València (UV) y crítico de cómic, Álvaro Pons, también lamentó el fallecimiento del autor argentino, quien «marcó el camino del cómic adulto gracias a una niña visionaria».
«Desde la tira de Mafalda, Quino consiguió captar a un público inusual en el noveno arte. Bajo una apariencia infantil, esa tira escondía reflexiones profundas sobre el mundo y el ser humano», aseguró Pons, quien también quiso ampliar la contribución de Quino al ámbito social. «Deja un gran legado en el cómic, pero también en la sociedad. Sus enseñanzas siguen vigentes. Nos ofrecía reflexiones muy profundas sobre el mundo y el ser humano. Mafalda era un Pepito Grillo, recordándonos siempre después de cada desastre, que ella ya nos lo avisó».
Según Pons, Quino demostró -no solo con Mafalda- ser uno de los mejores observadores del mundo contemporáneo.
«Los chistes de Quino son prácticamente disecciones de las miserias del ser humano. La brillantez que demostró no tiene parangón. Pasará a la historia por haber sido uno de los grandes autores de cómic de la historia», concluye el investigador.
Pons es director del Aula de Cómic de la UV, así como profesor titular durante casi 30 años en la misma universidad. También es colaborador de este diario y comisario de exposiciones para entidades como el IVAM o La Nau.
«Marcó el camino del cómic adulto gracias a una niña visionaria»
El director de la Cátedra de Estudios de Cómic de la Universitat de València (UV) y crítico de cómic, Álvaro Pons, también lamentó el fallecimiento del autor argentino, quien «marcó el camino del cómic adulto gracias a una niña visionaria».
«Desde la tira de Mafalda, Quino consiguió captar a un público inusual en el noveno arte. Bajo una apariencia infantil, esa tira escondía reflexiones profundas sobre el mundo y el ser humano», aseguró Pons, quien también quiso ampliar la contribución de Quino al ámbito social. «Deja un gran legado en el cómic, pero también en la sociedad. Sus enseñanzas siguen vigentes. Nos ofrecía reflexiones muy profundas sobre el mundo y el ser humano. Mafalda era un Pepito Grillo, recordándonos siempre después de cada desastre, que ella ya nos lo avisó».
Según Pons, Quino demostró -no solo con Mafalda- ser uno de los mejores observadores del mundo contemporáneo.
«Los chistes de Quino son prácticamente disecciones de las miserias del ser humano. La brillantez que demostró no tiene parangón. Pasará a la historia por haber sido uno de los grandes autores de cómic de la historia», concluye el investigador.
Pons es director del Aula de Cómic de la UV, así como profesor titular durante casi 30 años en la misma universidad. También es colaborador de este diario y comisario de exposiciones para entidades como el IVAM o La Nau.
