Los músicos represaliados durante el franquismo toman el monasterio San Miguel de los Reyes para reivindicar su legado. «Música empresonada» es el espectáculo que narra la vida de estos músicos valencianos y cómo la obra musical de estos compositores fue sepultada en el olvido. Toni Tordera es el artífice del guion y de la dirección escénica de esta obra, que se representa en diferentes espacios de la antigua cárcel.
Por otra parte, Pasqual Pastor ha sido el encargado de meterse de lleno en el archivo de partituras para sacar las composiciones de algunos de los represaliados, como Vicent Garcés (Benifairó de les Valls), uno de los impulsores del Grup dels Jóvens, que acabó apartado del sector profesional, o Carlos Palacio (Alcoi), autor de varios himnos republicanos y que acabó exiliado en París.
«Haber encontrado esta valiosa documentación sobre músicos represaliados por el franquismo nos ha convertido en su testigo. No es que lo habíamos olvidado, es que lo ignorábamos completamente. Los datos recuperados más que papeles son voces que enmudecieron. Hacía falta que ellos mismos lo contaran a través de su música», aseguran Tordera y Pastor. «La música encarcelada es una puesta en escena de la música de una época, convertida en banda sonora de la vida, a veces dichosa y llamativa, a veces dolorosa y paciente, y siempre sosteniendo el latido de la emoción humana. Es una construcción imaginada pero basada en hechos documentados. Configura un lienzo de músicas de muchos colores tramado con la palabra que lo va ordenando todo. Al fondo se ven unos músicos valencianos marcados por la guerra, unas músicas escritas en la prisión o depuradas por la dictadura. El silencio conllevó a la pérdida de un valioso legado sonoro».
La pieza también narra la vida de Felipe Belda (Bocairent), Ángel Bernat (Bocairent), Abel Mus (Borriana), José Ramón Moreno (Algemesí) y Rafael Rodríguez Albert (Alicante). El reparto está compuesto por Josep Valero, Toni Misó, Jose Montesinos, Amparo Ferrer Báguena y Pilar Martínez, junto a un quinteto de solistas (Laura Pastor, Nestor Zarzoso, Yolanda Bueso, Ana Payà y Sofía Zarzoso). Todos ellos acompañados por músicos de la Sociedad Musical de Llíria dirigidos por el maestro Pablo Marqués. La producción ejecutiva está a cargo de Yapadú Artística.
El espectáculo volvió ayer al monasterio San Miguel de los Reyes y también se representará hoy y mañana. Las entradas se agotaron el pasado fin de semana en tan solo cuatro horas.
La obra recorre el monasterio escenificando momentos de la vida de los músicos. Al inicio se recibe al público con una verbena que festeja el aniversario de la II República que se ve truncada por la llegada de la Guerra Civil. En el claustro norte, antiguo patio de la cárcel, deambulan los músicos por las prisiones franquistas. Y en la iglesia se recrea la vida y la obra de estos compositores fuera de la cárcel, inhabilitados y excluidos por su condición ideológica.
«La amnistía al franquismo no supuso, como era justo, que se liberaran todas las víctimas de la represión, las personas y también sus creaciones musicales. A los músicos que la compusieron los debíamos rescatar del silencio. Quizás sirva para que su sufrimiento no resulte inútil. La música encarcelada es un homenaje a aquellos músicos, a los sueños que se los hurtaron. Y un compromiso para escribir el futuro con el lenguaje de la libertad y la solidaridad», concluyen Tordera y Pastor.
El ciclo de conciertos «A la llum de la lluna» continua este mes en el monasterio con los conciertos de Sole Giménez el próximo 16 de octubre y el de Mireia Vives y Borja Penalba el 23 de octubre.
