El 13 de julio de 1997, la que suscribe estas líneas tenía 12 años. Ese verano era especial, había encontrado un lagarto en el monte y decidí, con gusto, adoptarlo. Consecuencia: Juancha tenia que comer todos los días insectos vivos. Con mi bici, en un pueblo de la costa cántabra muy cercano a Bilbao, acudía cada día a un campo a cazar saltamontes para volver presta a casa a darle su ración al bicho.

Pero ese día, cuando regresé, toda la familia estaba pegada a la televisión. Un joven de tan solo 29 años había sido asesinado por la banda terrorista ETA después de dos días de secuestro infernal y de un país dividido esperando un resultado que provocó, por fin, que la gente se lanzara a las calles. Ese es mi más traumático recuerdo sobre ETA.

Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en Ermua, fue uno de las más de 800 personas que murieron a manos de la banda, que culminó con el cese de las armas en 2011. "Frente a la violencia y la represión, el diálogo y el acuerdo deben caracterizar el nuevo ciclo. El reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular deben prevalecer sobre la imposición. Ese es el deseo de la mayoría de la ciudadanía vasca", dijeron tres encapuchados al más puro estilo Ku Klux Klan en un comunicado. Fue un antes y un después en la historia de España y el punto de partida de una de las series del momento, 'Patria, basada en la novela más que premiada del escritor Fernando Aranburu.

"Me tocó vivir la época de la Transición con la dureza a todos los niveles. Tengo familia y amigos de un lado y otro"

Patxi Santamaría - Actor

Polémicas y debates rodean a la producción de HBO, que ya ha estrenado tres capítulos de los seis que conforman la miniserie y que ha abierto una herida que para muchos aun no había cicatrizado. Compuesta en su totalidad por actores y actrices del País Vasco, 'Patria' acerca a los jóvenes de ahora, ignorantes de lo que ocurría hace muy poco tiempo, a una realidad que ha sido la experiencia de muchos durante años. Un asesinado, el Txato, empresario vasco, y dos familias matriarcales enfrentadas por el odio y representadas por dos mujeres, Bittori y Miren, que más bien podrían ser las protagonistas de algún 'western' grabado en los desiertos de Almería.

"Me tocó vivir la época de la Transición con la dureza a todos los niveles. Manifestaciones, represión policial... cuando empecé en la escuela de teatro fueron los años de plomo de ETA. Tengo familia y amigos de un lado y de otro, como mucha gente de aquí. Esta historia nos ha tocado directamente y para nosotros es un tema sensible", explica Patxi Santamaría (Guipúzcoa, 1959), el actor que interpreta al cura Don Serapio en la producción televisiva.

Patxi Santamaría es Don Serapio. HBO

Su personaje se ha convertido en una especie de villano en una trama que para él "no es del todo fiel a la verdad". "Cuando fui al casting propuse que este personaje tuviera algo de remordimiento, que no fuera tan plano. Quién se iba a creer que un cura le dijera a la mujer de un asesinado que no volviera a su pueblo... ha habido cartas del clero que han querido dejar claro que muchos párrocos, en la época abertzales, estaban totalmente en contra de la violencia", relata el intérprete.

Su papel, aunque secundario, pone sobre la mesa el debate de cómo se vivía en pequeños pueblos durante la época del terrorismo más violento. Había un muerto cada 72 horas, familias destruidas, rabia, protestas... pero, ¿quiénes eran las víctimas?

"El Txato sería la víctima de un lado y Jokin del otro", sentencia Lander Otaola (Barakaldo, 1989), actor que interpreta al amigo etarra del protagonista y que no tiene un final muy bien avenido. Otaola se ha metido en el papel de un miembro de ETA en hasta 12 ocasiones. "El tema de esta serie es muy polémico y nos ha tocado a todos. Va a crear controversia, pero lo importante es que se hable de ello, que haya perdón por las dos partes", comenta.

Lander Otaola es Jokin. HBO

Porque es en el perdón y en el diálogo -o el no diálogo- en el que se basa esta serie que comenzó su andadura amarrada a la polémica por su cartel promocional, donde se representa al asesinado por la banda frente a un etarra torturado en un cuartel. "Los espectadores empatizarán con el personaje de Jokin. No queríamos crear a un malo, queríamos que cayera bien, que fuera al contrapunto al personaje de Joxe Mari, que es más rudo y violento", señala.

"Los seres humanos somos bastante más generosos e interesantes de cómo nos mostramos. Conozco casos de gente que ha perdonado, que han buscado alternativas... el dolor de cada uno es respetable pero también hubo otras víctimas, no es cuestión de igualar. Fuera de País Vasco hay cosas que no se contemplan, pero también hay dolor por parte de mucha gente que no se entiende", asevera Santamaría."No es cuestión de entender o no, lo interesante es lo que despierte en cada espectador".

"No es cuestión de entender o no, lo interesante es lo que despierte en cada espectador"

Mikele Urroz - Actriz

En este sentido, Mikele Urroz (Navarra), actriz que da vida a Josune, la joven novia de Joxe Maria, lo tiene claro: "'Patria' es una mirada respecto a una historia y eso siempre genera diálogo. Cuando me leí el libro eso me pareció interesante. Hay miradas como personas en el mundo".

Y en la mirada de Aranburu se refleja un relato, solo uno, que, aunque parecido a muchos de los que se vivieron en la época, no deja de ser una ficción y una sola visión. "No es cuestión de entender o no, lo interesante es lo que despierte en cada espectador. Comprender la trama a nivel empático es posible, pero bueno... si sirve para seguir dialogando sobre ello, bienvenido sea", dice Urroz.

Sin intención y con respeto

Porque los actores de esta serie se han visto envueltos en un halo de misterio y morbo a través de un relato que todavía está demasiado presente en la memoria de muchos. "Hay que revisar nuestra historia, posiblemente sea pronto para mucha gente, pero hay que hacerlo", afirma Santamaría desde el otro lado de la línea telefónica."Hay tanta gente que tiene tanto dolor dentro que al final la manera en la que lo vives siempre es diferente".

"Hay tanta gente que tiene tanto dolor dentro que al final la manera en la que lo vives siempre es diferente"

Iñigo Aranbarri - Actor

Frente a la violencia más ideológica, las miradas, los comentarios y los 'Gora ETA', las familias destruidas por la desgracia se veían, en muchas ocasiones, obligadas a emigrar con la marca de la vergüenza sobre sus hombros. Esta parte de la historia, muy remarcada en la serie, es una de las que más controversia están creando y que, en su momento, fue, en parte, una realidad. "Hay tanta gente que tiene tanto dolor dentro que al final la manera en la que lo vives siempre es diferente. El personaje de Bittori, sus hijos... todos reaccionan de forma diferente, al igual que la otra familia... cada uno intenta vivir a su manera una situación en la que están encorsetados, no tienen libertad, no pueden hacer lo que quisieran", explica Iñigo Aranbarri (Guipúzcoa, 1983), uno de los actores protagonistas y que da vida al hijo del Txato. "Esta novela y esta serie no dejan de ser una ficción, en la vida real lees testimonios y no hay uno que se parezca a otro. En el caso de mi personaje, hace lo que puede".

Iñigo Aranbarri es Xabier. HBO

Aranbarri representa a un personaje que sobrevive a caballo entre el dolor y el estancamiento. "Siento mucha compasión hacia él. Xabier se queda anclado en el pasado y no puede salir de ese bache. En la vida a veces pasa con algunas cosas que al asimilarlas te dejan. Me crea mucha ternura y empatía porque está muy metido en el agujero y no puede salir por falta de apoyos...", desgrana para añadir que "cuando ocurren este tipo de cosas siempre queda algo, la piel nunca será cómo era, esa cicatriz te recordará lo que pasó, no se desvanecerá ese dolor del todo"."'Patria' trata del perdón para seguir avanzando. Si te quedas anclado en el rencor no sirve para nada".

"'Patria' trata del perdón para seguir avanzando. Si te quedas anclado en el rencor no sirve para nada"

Lander Otaola - Actor

Según el actor, tanto HBO como los directores y todo el equipo de 'Patria' han intentado tratar con respeto y sin ninguna intención la historia desde el primer momento. "Hemos querido hacer los personajes empatizables, que la gente se ponga en su lugar".

Y así, con el perdón en una mano y el odio y el dolor en la otra, tanto actores como sociedad se enfrentan a un relato que bien podría proyectarse en colegios e institutos, y que, aunque solo muestra una parte, resuelve todos los sentimientos que produce un conflicto de tal envergadura de una manera aceptable. "'Patria' trata del perdón para seguir avanzando. Si te quedas anclado en el rencor no sirve para nada", comenta Otaola, que además añade que "creo que cada vez hay más perdón, hay una herida que va a tardar mucho en curarse o que no se curará jamás, pero el ser humano es listo y lo necesita. Ya hay un 70% de perdón y un 30% de no perdón. No solo en este conflicto, en todos en general".

Diálogo, comprensión, cicatriz, tiempo, preguntas, relaciones, emoción, intensidad o reflexión son algunas de las palabras que les vienen a la cabeza a estos actores cuando se les pide una definición en tres palabras. "Hay que verla", dice Otaola ante la pregunta. Y no le falta razón. Hay que verla.