A principios de marzo, La Habitación Roja preparaba en su local de ensayo la gira por el 25 aniversario de la banda. Tenían alrededor de 60 conciertos programados ya para lo que quedaba de año, un viaje a México, una escenografía exclusiva y un repertorio en el que incluirían temas de todos los discos, algunas de ellos poco frecuentados por el grupo de l’Eliana y arreglados para la ocasión.
Pero todos sabemos ya lo que ocurrió en marzo y cómo todos los proyectos culturales se fueron al garete. «En el local de ensayo todos los días enchufábamos la tele para ver la mascletà. El día que vimos que la había cancelado y que se suspendían las fallas, empezó todo a temblar».
El 14 de marzo Jorge Martí volvió a Noruega, donde reside su familia. Mark Greenwood se confinó con la suya en Murcia, y Jose Marco y Pau Roca se quedaron en València. En agosto volvieron a reencontrarse y desde entonces han podido ofrecer algunas actuaciones, la mayoría de ellas acústicas. En todo caso, ninguno de estos conciertos en la desescalada y la «segunda ola» se parecen a lo que estaban preparando antes de la pandemia para celebrar sus cinco lustros en los escenarios.
Pero como decía ayer la directora adjunta de Música y Cultura Popular del Institut Valencià de Cultura, Marga Landete, La Habitación Roja es un «milagro». Pocas bandas, añadió Landete, han logrado «sobrevivir 25 años y seguir haciendo cosas interesantes sin vivir de rentas». Y el milagro volverá a obrarse el sábado 12 de diciembre, cuando a pesar de los pesares, la banda de l’Eliana se subirá al escenario del Teatre Principal de València y ofrecerá ese «concierto especial» que el coronavirus se había empeñado en vetar.
«Siempre hemos sido unos supervivientes de la música. Y en la música solo te sientes seguro cuando miras hacia el futuro y ves que hay cosas que vienen y que te hacen trabajar con ganas y alegría -señalaba ayer Martí-. Pero ahora de repente miras al futuro y no ves nada, así que nos alegra que este concierto se haya mantenido porque para nosotros es un faro en el horizonte».
Las entradas del concierto por el 25 aniversario de La Habitación Roja se pondrán a la venta el martes. El Principal tiene una capacidad para 830 espectadores pero el protocolo de seguridad reduce el aforo al 75 %, que aún puede ser menor al aplicarse la separación obligatoria entre grupos de espectadores.
El grupo recuperará la escenografía de la gira que no pudo estrenar y el repertorio en el que, junto a algunos de los nuevos temas que han ido publicando en los últimos meses, repasarán su cuarto de siglo en la música, «vistiendo de gala» los clásicos, e incluso recuperando canciones que, como dijo ayer Pau Roca, «ni siquiera los fans han escuchado en directo».
Junto a Jorge, Pau, Marc, José y el pianista Endika Martín, que les acompaña en sus últimos trabajos y actuaciones, LHR contará con el refuerzo de Edu Martínez, su antiguo teclista. Además, y siempre que las restricciones pandémicas lo permitan, contarán con la colaboración de artistas amigos que han tenido una relación especial con los valencianos.
«Para nosotros es muy importante volver en València, por la autoestima y por la importancia de la música y de la cultura en general en la vida de la gente, que ha sido un analgésico para el dolor en estos momentos de tanta pérdida», subrayaba Martí.
Pese a sus 25 años de trayectoria y pese a que este concierto del 12 de diciembre será un bonito «ejercicio nostálgico», La Habitación Roja se reivindica como un grupo más de hoy que de ayer. «Somos una banda que está viva y en los repertorios de los conciertos solemos incluir más canciones recientes que antiguas. No seguimos tocando por inercia y siempre estamos emocionados por hacer nuevos planes», apuntaba Roca.
«Cuando eres joven no eres consciente del paso del tiempo -concluyó Martí-, pero cuando vas cumpliendo años sí te das cuenta de que hay que celebrar que cumplir años sí tiene sentido. Creo que es un buen momento de hacer balance y reflexionar sobre todo lo que hemos hecho. Celebrar que ya somos un grupo de padres e hijos y que nuestras canciones son la banda sonora de muchas vidas. Es algo de lo que nos sentimos muy orgullosos».
