Nunca me cansaré de recomendar Soñar de otro modo de Francisco Martorell Campos (València, 1971). En este pequeño ensayo publicado en 2019 por La Caja Books, Martorell, que es doctor en Filosofía por la Universitat de València, analiza a través de novelas, películas, series y cómics, cómo la creencia de que todo va a ir a peor se ha apoderado de las mentes, del debate y de la ficción mientras que eso de imaginar un mundo mejor se ha quedado como algo inocentón y trasnochado. Martorell defiende que la decadencia de la utopía -recordemos que tampoco hace tanto eran utópicos el sufragio universal y el femenino, la jornada laboral de 40 horas o la propia democracia–, se inicia tras las guerras mundiales del siglo XX y se remata a finales de los 70 con la eclosión del liberalismo representado por Thatcher, Reagan y Pinochet. Mientras ellos se hacían con el poder, se queja el filósofo, la izquierda se dejaba acunar en los confortables brazos de la «realpolitik» y los consejos de administración, y renunciaba a ambicionar nada que supusiese meter algo más que la puntita. Y así siguen las cosas.

La televisión ha contribuido especialmente a que nos olvidemos de soñar de otro modo. Las pantallas se nos han llenado de series distópicas, historias que nos presentan un futuro hostil y antipático por el que no vale la pena luchar. Comparado con ese porvenir en el que las nuevas tecnologías nos esclavizan («Black Mirror») y en el que las mujeres solo valen para parir («El cuento de la criada») y en el que una extraña lluvia casi ha terminado con la raza humana («The rain»), este presente nuestro de paro estructural, desigualdades y mares llenos de basura tampoco está tan mal. Y por si acaso se nos ocurre levantar la vista y descubrir la gran cantidad de cosas que nos queda por mejorar de aquí a que nos muramos, ahí están otro tipo de producciones televisivas, las nostálgicas, que nos distraen y nos ofrecen algo parecido a ese agradable pero inútil calorcito que te provoca encontrarte con un antiguo amor de juventud mientras desperdicias tu vida mirando Instagram.

¿Cuál es la alternativa? Aunque Martorell nos ofrece unas cuantas ideas, quizá deberíamos empezar por ver menos la tele y salir más a la calle. Pero como hasta eso nos lo están poniendo difícil, yo les recomendaría en todo caso volver a clásicos como «The wire» o recurrir a nuevas propuestas como «La conjura contra América». Ambas series están escritas por David Simon y nos hablan de lo importante que es tener conciencia de lo que es uno. Saber que, como dijo McNulty, aunque puedan masticarte, tendrán que escupirte.