El actor Mario Casas, una de las nuevas estrellas emergentes del cine español, ha confesado en el festival de cine de Sitges que su participación en No matarás le ha cambiado, como actor y como persona y, al igual que el personaje, la experiencia le ha servido para hacer su «propio viaje personal».

No matarás, de David Victori, ha tenido su estreno mundial en el Festival de Cine Fantástico de Sitges. Se centra en Dani, un buen chico que se ha dedicado a cuidar de su padre enfermo y que tras su muerte retoma su vida, pero cuando ha decidido dar una vuelta al mundo en avión conoce por casualidad a Mila, inquietante, sensual e inestable, que convertirá esa noche en una pesadilla, en la que Dani se planteará cosas que jamás habría podido imaginar.

Victori, que debuta con este largometraje, considera que su película «comienza con un efecto dominó y continúa dando respuesta a la pregunta de qué podría pasar si se toma una mala decisión y se desencadena un viaje a los infiernos en el que quitar la vida a alguien fuera comprensible».

Aunque en los últimos tiempos Casas ha hecho thriller como Adiós, Hogar o El practicante, el actor ha asegurado que escoge los proyectos «de manera intuitiva, independientemente del género» y su opción final depende más de «estar atrapado por los personajes o por trabajar con algunos directores».

En esta ocasión, ha confesado, le atrae que «hay algo importante que es distinto, la manera de componer el personaje» y comenta como ejemplo que conoció a la actriz protagonista Milena Smit -una recepcionista de hotel que el director encontró a través de Instagram- en la primera escena en la hamburguesería.

Casas asegura que en ese primer doble encuentro, personal y de guión, encontró a «una actriz magnética» y con una frescura que le obligó a ponerse las pilas y le hizo «salir de la zona de confort».

«Hay otra escena en la que estoy con Milena en su piso y de repente irrumpe su marido, interpretado por Fernando Valdivielso, que no tenía que grabar hasta el día siguiente, e iniciamos una pelea en la que incluso me rompió mi móvil. El resultado es que la escena es más real», apunta Casas, que «con estas trampas» del director le «convirtieron en Dani a los 5 minutos».

Reconoce Victori las influencias en su película de títulos como Corre Lola, corre, la serie «The night of» y que su intención es «hacer cine desde la vida y, por esa razón, esta película ha sido una catarsis colectiva por la implicación de todo el equipo».

El director tenía claro que «la película tenía que ser sensorial», pero cuando llegó Mario Casas le dijo que el guión funcionaba, pero que tenían que estar en la verdad y eso les llevó a Milena, «una actriz no profesional que obligó a que los actores actuarán con absoluta libertad», no tan encorsetados por el guión.