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El Bellas Artes licitará por 1,17 millones la renovación de la climatización del museo

Un centro de gestión controlará las condiciones de temperatura y humedad para evitar nuevos daños en las obras de arte expuestas

Una restauradora trabaja en el «Pentecostés» de Borrás afectado por la humedad en 2018.

Entre los años 2004 y 2005 los problemas de humedades, sequedad ambiental y cambios bruscos de temperatura que sufría el Museo de Bellas Artes provocaron el deterioro de una decena de retablos y tablas góticas que se exponían en la sala principal del edificio. En el año 2009, al menos una decena de tablas del gótico valenciano y del primer Renacimiento -el Retablo de San Jerónimo de Cotanda de Borrás, el Retablo de la Virgen de la Leche de Antonio Peris, el de Fray Bonifacio Ferrer de Starnina, La Sagrada Familia del Círculo del Maestro de Santa Ana o el Juicio Final con San Miguel del Maestro de Artés, entre otras obras - sufrieron graves desperfectos también por un problema de climatización de las salas de la pinacoteca.

De nuevo en 2015, 17 lienzos - entre ellos, varios Sorolla, Vicente López o Van Dyck – sufrieron daños por exceso de humedad y de temperatura. Y en 2018 se registró el enésimo problema por el exceso de humedad, en este caso al detectarse unas manchas blanquecinas -o eflorescencias- en el Pentecostés de Borrás.

Durante estos años, los distintos gestores y responsables políticos del museo valenciano han estado «parcheando» los problemas que han provocado la climatización de los distintos edificios que componen el Bellas Artes en las obras que allí se exhiben y se almacenan. Se han instalado humidificadores, se ha cambiado la maquinaria y se han intensificado los controles técnicos sobre los lienzos. Pero no ha sido hasta ahora cuando la Generalitat se ha embarcado en una renovación completa del sistema de climatización del museo.

Así, la Conselleria de Cultura ha sacado a licitación por 1,17 millones de euros la ampliación de las instalaciones de climatización de los edificios Fase III, IV y V del Museo de Bellas Artes. Según figura en la memoria descriptiva, el objeto del proyecto es «mejorar las condiciones interiores» de la pinacoteca «debido a las nuevas consignas requeridas de temperatura y humedad en los almacenes y zonas de exposición donde se encuentra material de valor patrimonial».

La intervención, según recoge también la memoria, incluirá la sustitución de los elementos de climatización que por su antigüedad y estado se encuentran ya completamente amortizados y que, además, están «infradimensionados para las nuevas consignas requeridas por los responsables de la conservación del museo».

Así, y según detallaron fuentes de la conselleria, la intervención incluirá la renovación de los climatizadores y ventilación del edificio a través de los recuperadores de calor correspondientes. Estos recuperadores contarán con una producción individualizada por expansión directa que sumada a la instalación existente de aire y agua asegurará siempre el suministro en la instalación.

Por otra parte se mejoran los sistemas de deshumectación y humectación, donde a través de un nuevo sistema centralizado de control se dispondrá de una automatización completa e integral del edificio. «Son mejoras tecnológicas que revierten en una mejor monitorización de las condiciones de temperatura y humedad relativa de las salas», resumieron las fuentes consultadas.

Esta intervención afecta a las fases III, IV y V del Museo de Bellas Artes, lo que supone prácticamente toda la pinacoteca porque corresponde a los lugares en los que hay obra expuesta: salas temporales, colección permanente y el último edificio rehabilitado que alberga la exposición de Sorolla. Ninguna de estas salas dejará de funcionar mientras duren las obras. «Son intervenciones que no afectan al funcionamiento del museo», insistieron

La intervención que ha salido ahora a licitación es la segunda fase del proyecto completo para el cambio integral de la climatización del museo, tal como explicó ayer ayer la Conselleria de Cultura. La primera fase del proyecto fue aprobada en el verano de 2019 por 523.027,50 euros e incluyó la instalación durante las semanas en las que el museo permaneció cerrado por la pandemia del coronavirus de seis enfriadoras en la azotea del edificio.

Por otra parte, desde el pasado mes de agosto el restaurante del museo permanece cerrado y así seguirá al menos hasta principios del próximo año por un problema en la canalización del agua. Tal como han explicado fuentes de la Conselleria de Cultura, está en tramitación la documentación para licitar las obras de mejora de las canalizaciones residuales y la incorporación de baños en el restaurante, ya que hasta ahora los clientes tenían que usar los mismos servicios que el museo.

Esta intervención ha obligado a rescindir la concesión de la gestión del restaurante, que no se retomará hasta que terminen las obras.

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