Miguel Bosé y Nacho Palau se reencontraron ayer en los Juzgados de Pozuelo de Alarcón donde se decide la doble filiación de los hijos que tuvieron mientras eran pareja; dos pares de mellizos fruto de la gestación subrogada, dos con los genes y apellidos de un padre y dos con los del otro, Diego y Tadeo en el caso del cantante, e Ivo y Telmo en el del escultor. Cuatro niños que, pese a no ser biológicamente hermanos, así fueron considerados por los padres hasta que tuvieron 8 años que fue cuando la pareja rompió su relación. El valenciano, que acudió al juicio acompañado de su madre y su hermana, fue quien demandó al cantante para que los cuatro niños sean reconocidos legalmente como hijos de ambos y tengan los mismos derechos y educación, además de vivir en el mismo país. Bosé y Palau fueron pareja durante 26 años y rompieron su relación hace dos. La primera de las sesiones, muy tensa, se prolongó más de cinco horas. Se prevé un proceso judicial largo.

Tanto a la entrada como a la salida del juzgado Miguel Bosé logró pasar inadvertido ya que accedió al interior del local oculto en la parte de atrás de una furgoneta con los cristales tintados, mientras que Palau accedió y salió caminando. A la salida del Juzgado, Palau se limitó a responder que su propósito en el juicio es que los niños «estén juntos y crezcan como hermanos» y , si es «más cerquita, mejor». Palau dijo que «confía en la justicia» ante este caso que podría sentar jurisprudencia.

«Yo estoy ahora mejor, más tranquilo», añadió el que fuera pareja de Bosé. Nacho, con una media sonrisa, confirmó que Miguel «llevaba mascarilla» pero no quiso explayarse más acerca del reencuentro con el artista.

Según la revista Hola, fue Palau quien interpuso la demanda por la filiación de sus hijos, Ivo y Telmo, al considerar que ellos y los hijos de Bosé, Tadeo y Diego, son hermanos pues crecieron como iguales en la misma casa y existe una «filiación afectiva e intencional».

Los niños tienen en la actualidad 9 años. Los hijos biológicos de Bosé residen con él en México, mientras que los del escultor permanecen a su lado en Chelva.

«La verdad tiene que llegar y ya está»

Lola Medina, madre de Nacho Palau, fue uno de los testigos que declaró en el juicio. La valenciana, visiblemente nerviosa, confesó que lo único que quiere es que salga «la verdad. Porque la verdad es la verdad siempre y es lo que tiene que llegar. Nada más».

Enfadada, negó que se haya reencontrado con el que fue su yerno durante 26 años, Miguel Bosé: «¿Qué reencuentro?» y bromeó: «Sí. Hola ¿cómo estás y cómo te ha ido no? Dejarme en paz, estoy nerviosa por favor». Lola dijo que lo que pretende su hijo es que los hermanos estén juntos: «Ojalá todo se solucione de la mejor manera y sin tanta tontería».

«La verdad tiene que llegar y ya está»

La madre de Palau pide que «todo se soluciones de la mejor manera y sin tanta tontería»

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