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El Mediterráneo de los conflictos marca la Mostra

La sección oficial da protagonismo a historias de guerras, rebeliones fallidas, crisis, búsqueda interior y choques entre tradición y modernidad

El Mediterráneo de los conflictos marca la Mostra

El falso documental The mistery of the pink flamingos, del director valenciano Javier Polo, dará inicio hoy a las 11.30 horas a la 35 edición de la Mostra de València, pero será el viernes cuando comiencen en los cines Babel las proyecciones de las 11 películas que conforman este año la Sección Oficial. «El nivel de calidad crece año tras año, y este año me parece particularmente evidente ese crecimiento», asegura el responsable de la programación del festival, Eduardo Guillot. 

La película que inaugura la competición es Mosquito, un film portugués ambientado durante la Primera Guerra Mundial. Una mezcla, según la crítica, entre Apocalypse Now, Aguirre, la cólera de Dios y Senderos de Gloria, y una visión, según Guillot, del conflicto bélico «mucho más crítica» que 1917.

En la Sección hay otras tres películas con los conflictos armados como fondo argumental. Por la libertad (una coproducción entre Siria, Iraq y España) es una película bélica en el sentido clásico del término, que relata el sitio de cien días al que fueron sometidos los kurdos por parte del ejército turco en la ciudad de Diyarbakir. En Between heaven and earth, el conflicto palestino es el trasfondo de una historia de amor en forma de «road movie» sobre la separación, las relaciones de pareja, la pérdida y la traición. Y el thriller argelino Paysages d’automne profundiza en la corrupción del poder y en la necesidad de un periodismo libre que denuncie sus abusos. «Son películas -subraya Guillot- que reflejan la realidad de unos países que tras la primavera árabe han sufrido una regresión y el cine está ahí para denunciarlo».

Este cine de contexto y denuncia se ve también en Kala Azar, una película griega sobre una pareja que ofrece ayuda y consuelo a personas que han perdido a sus animales domésticos, y que según el director de la Mostra, de una manera más sutil está hablando de situación de Europa, y de Grecia en particular, tras la crisis económica y el rescate.   

Un conflicto más lejano pero que sigue marcando la realidad de quienes lo padecieron, es el de los Balcanes. Lo vemos en dos films procedentes de países de la antigua Yugoslavia:Willow y Zana. «Estas dos películas -comenta Guillot- hablan de las secuelas de la última guerra cruenta que ha habido en Europa, y que se notan en la contraposición entre la tradición que lleva el germen del conflicto y el mundo contemporáneo».

El conflicto interior también compite en la Mostra de 2020, con películas como La viajante, Luxor y Tereza. Las tres son retratos íntimos de mujeres en pleno viaje exterior o emocional para encontrarse a sí mismas y su lugar en el mundo. Y por último el conflicto social queda patente en la italiana Favolacce, un despiadado retrato donde el cinismo, la búsqueda del beneficio propio y la falta de empatía marcan las relaciones entre adultos.  

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