Tras afrontar uno de los mayores retos de su vida, empapándose durante tres discos de las canciones míticas de sus padres, los flamencos revolucionarios Lole y Manuel, Alba Molina se siente más fuerte, pero sobre todo "más dulce y más suave", un estado de ánimo que ha dado lugar a su nuevo álbum, 'El beso'.

"Lo titulé así porque, aparte del título de una de las canciones, es algo bastante importante en este momento en el que no nos dejan darlos. Por eso digo que estamos faltos de pan, pero también de besos y abrazos", explica la sevillana en una charla con Efe, ante la publicación este viernes de este trabajo de diez cortes.

Llega tras la muerte de su padre en 2015, año en el que decidió zambullirse en el flamenco con la trilogía compuesta por 'Alba Molina Canta a Lole y Manuel' (2015), 'Caminando con Manuel' (2017) y el álbum en directo 'Para Lole y Manuel' (2019).

"Han sido años intensos, en los que he sido muy feliz, y en los que he crecido, porque el crecimiento requiere momentos regulares", dice sobre el contexto en el arranca 'El beso' (Blanco y Negro), en el que se encuentra "más dulce, quizás no tan seria o formal como en el anterior proyecto, con un respeto que rozaba el miedecito".

En él retoma su pasión por la música jazz que ya había abordado en proyectos anteriores, como 'Divas del flamenco', que era un homenaje a Frank Sinatra junto a su madre y otras intérpretes como Montse Cortés y Ana Salazar.

"Yo en mi casa escucho más jazz que flamenco, porque música española escucho poca en realidad", reconoce, antes de señalar que en su opinión este trabajo, en el que ha asumido directamente las labores de producción, le ha salido "más pop", pero sin intención alguna más allá que la de reflejar quién es.

También le ha salido muy familiar, pues aparece para empezar su madre en una adaptación propia de un tema de Billie Holiday ('Crazy He Calls Me') al que ambas le tenían muchas ganas y para el que no encontraban el marco adecuado. "Yo escucho mucho a Billie y me gusta este tema porque habla con mucha profundidad no solo del amor. En cuanto a mi madre, debo aprovecharla mientras esté aquí con nosotros, que nunca se sabe", cuenta, antes de matizar que en el estudio a quien ve a su lado es a la leyenda, Lole Montoya, "la mejor". "Y no es fácil, siento mucha vergüenza, pudor o pavor", remacha.

De "manera espontánea", se unieron más miembros de su familia, como su pareja, Andreas Lutz, líder de O'Funkillo, o sus hijos: Lucía, que canta en 'Hoy llegas tarde', y el pequeño Anyelo, en 'Tú', uniendo así a tres generaciones de una larga estirpe flamenca y gitana en este disco. "Espero que no se dediquen a esto, porque la música es maravillosa pero la industria es otra cosa. Subirte al escenario es puro placer, lo otro no me gusta nada. Yo tengo la suerte de comer de ello, pero me gustaría no se comercializara", afirma ante un hipotético futuro artístico para sus vástagos.

Entre los temas seleccionados para el repertorio, aparece uno firmado por Antonio Vega. "No le había puesto la atención merecida quizás por mi edad, pero ahora que estoy más exquisita, me parece una barbaridad. Me encantan él, sus ojos, su manera de escribir y de contarlo", dice tras realizar una nueva versión de 'Tesoros', que ya había adaptado hacía tiempo.

En 'El beso' hay otra de su amigo Alejandro Sanz, que le entregó un esbozo de canción que ella escuchó por primera vez con 15 años al despertarse de una siesta. "Nunca la terminó, era solo la primera estrofa y el estribillo, pero me encantó. Nunca la grabó, nunca hizo una maqueta ni nada, pero astuta yo me quedé con eso y poco antes de la pandemia, hablé con él por teléfono y se la tarareé", rememora, ante el estupor del madrileño. Sanz respondió: "Termínala tú y es tuya", y es lo que la artista hizo con el citado 'Tú' junto a Dani Bolilla, cantautor y músico, con el que construyó la segunda estrofa y el puente.

Con su voz participan otros amigos, como Lin Cortés ('Dicen') y Vicky Luna ('Tesoros'), quien fuera su compañera en Las Niñas, proyecto de fusión con el que en 2003 obtuvo cinco nominaciones a los Premios de la Música con una fórmula musical tan atrevida como su mensaje contestario, que arremetía contra la guerra de Irak.

"De aquella Alba queda todo, un poco con freno de mano, porque no tengo tantas ganas de pelearme como cuando era joven. Tampoco tengo la prisa, porque estoy más tranquila, pero soy como lo era de niña, con 10 años, igual de dulce, un poco más jodida... en todos los sentidos", afirma antes de estallar en risas.