Cuando el 26 de septiembre de 1978 La portentosa vida del Pare Vicent se estrenó en el cine Goya de Alcoi una bomba explosionó en los baños del edificio durante la proyección. No hubo más víctimas que los propios inodoros. En la madrugada de 18 de noviembre de ese mismo año, el domicilio de Joan Fuster fue objeto de un atentado cuando un artefacto con pedazos de metralla hizo explosión en una ventana. El escritor, que no sufrió ningún daño, volvió a ser víctima de otro ataque similar en septiembre de 1981. El 4 de diciembre de 1978 el destinatario de un paquete con pólvora y metralla fue Manuel Sanchis Guarner. La Policía desactivo la bomba tras ser alertada por el lingüista.

Estos ataques de la extrema derecha de la época tuvieron el correspondiente eco en la prensa de la época, pero hubo muchos más casos que apenas tuvieron repercusión, quizá porque formaban parte de la extraña cotidianidad de una época convulsa o porque muchas veces la Policía ni siquiera investigaba lo ocurrido. Fue esto precisamente lo que pasó un 9 de octubre de 1979.

Aquella fue una de las jornadas más tumultuosas de la conocida como «Batalla de València». Los ultras agredieron durante la procesión cívica al alcalde Ricard Pérez Casado, al presidente de la Generalitat, Manuel Girona, a los miembros de la corporación municipal y a las autoridades académicas. Por la tarde, al terminar la manifestación de las fuerzas valencianistas junto a las Torres de Serranos, y mientras actuaba el grupo Carraixet, la Policía ordenó desalojar la Plaça dels Furs tras recibir un aviso de bomba.

Bajo una furgoneta aparcada cerca del escenario, los Tedax encontraron y desactivaron dos bolsas con nueve botellas de cristal llenas de gasolina. En el interior del vehículo estaba una mujer dando de comer a una niña de apenas dos años. Eran Carmen y Vanessa, esposa e hija menor de Lleonard Giner, el fundador del grupo que en ese momento actuaba en la plaza y en el que cantaban las otras hijas de matrimonio: Mari Carme, Lleonard hijo, Eva y Myriam

El intento de atentado nunca se investigó y los hechos quedaron como una especie de anécdota familiar que ahora ha sido recuperada en ‘La bomba Carraixet’, un documental dirigido por Helena Sánchez y producido por Los Sueños de la Hormiga Roja junto À Punt que se estrena esta tarde en el Teatre Micalet. Allí precisamente fue donde en 1978 la banda de Tavernes Blanques presentó su primer disco, ‘Beure Cantar i Ballar’, un trabajo de folk cantado en valenciano que convirtió a esta formación familiar (además de los Giner, junto a ellos estaban Rafa Arnal y Pere Marco) en una de las predilectas de los «aplecs», «trobades», fiestas populares y manifestaciones de la Transición valenciana.

El recuerdo de la bomba bajo la vieja Ebro de segunda mano que Carraixet usaba para sus giras es el eje central de un documental que repasa la carrera del grupo, uno de los más longevos del panorama musical valenciano. Las hermanas Giner siguen actuando y sus hijas e hijos van uniéndose a ellas o lanzando proyectos como Pabordets. En Carraixet, como señala en el filme la antropóloga y artista Monty Peiró, la música es un «legado familiar» y la familia «un lugar de aprendizaje».

Además de ser el reflejo de una época tan efervescente como peligrosa -las hijas de Lleonard recuerdan cómo su padre se enfrentó con su guitarra a un ultra que subió al escenario para atacarle con un cuchillo, o como su madre fue rodeada y golpeada en varias ocasiones cuando acompañaba a la familia- el documental reivindica la importancia de esta formación, primero como recuperadora y actualizadora de la música tradicional valenciana, y después como defensora de una visión del rock femenina y en valenciano cuando apenas nadie lo practicaba así.