Muy admirada por los valencianos, la soprano Ainhoa Arteta (Tolosa, 1964) cantó en Les Arts és Lied, con un programa ajustado en duración y con un publico, reducido aunque numeroso, que se mostró entregado desde el principio.
Los lieder se crean gracias a la inspiración del músico ante los textos elegidos. No se entiende que los nombres de los poetas no figuren, como corresponde, al lado del compositor. Incluir los propios poemas y su traducción también sería de agradecer para entender la atmósfera de cada momento.
Los ‘Seis poemas del alemán Christian F. Gellert, Op. 48’, de Beethoven, le permitieron preparar su voz para el resto del programa si bien el estar demasiado pendiente del difícil texto alemán le restó espontaneidad. Todo cambió con las ‘Tres sonetos de Petrarca’, de Liszt, un material que se acopla mas a su vocalidad y del que la cantante supo ofrecer una sentida interpretación que provocó la primera gran ovación de la tarde. Después de 30 años de carrera internacional, Ainhoa Arteta sigue manteniendo el color y matices característicos, especialmente en los registros agudo y medio.
Su versión de las ‘Siete canciones españolas, de Falla llamó la atención por los tiempos acelerados, especialmente en ‘El paño moruno’, la ‘Jota’ y el ‘Polo’, que hizo difícil la comprensión del texto. Sublime su interpretación de la ‘Nana’, uno de los mejores momentos del recital.
Turina musicó el ‘Poema en forma de canciones’, sobre textos de Ramón de Campoamor, un clásico del repertorio que ella interpreta con pasión, generosidad de volumen y todas las inflexiones que le inspiran los versos. Al piano, sorprendió el escocés Malcom Martineau, por sus descuidos especialmente en el repertorio español. Para reposo de la cantante, interpretó con gustó el ‘Clair de lune’, de Debussy y un ‘Intermezzo’, de Brahms. Como bis, un sobrecogedor ‘Morgen’, de Strauss. Volveremos a escucharla en enero con ‘Falstaff’.
