Javier Paniagua dio una clase magistral en el coqueto jardín de la Delegación de Gobierno. Los asistentes no eran alumnos de posgrado, pues había dirigentes socialistas (Mercedes Caballero) y populares (Elena Bastidas), exconsellers -Ciprià Císcar y Paula Sánchez de León-, veteranos socialistas (Baltasar Vives) y actuales diputados provinciales del PP (Juan Giner y Javier Montero), que acudieron al Palau del Temple a la presentación de su ensayo «Nosotros, los socialistas valencianos (1977-1995)». La «diversidad amistad política del profesor», comentó un amigo suyo.
La polémica que precedía al libro, por la «censura» de la editorial pública Alfons el Magnànim (el director Vicent Flor estaba invitado pero no apareció), hizo llenar el aforo, circunstancia que el autor aprovechó para explicar su ensayo con el repaso de la historia política de los valencianos. Aunque su libro se centra en los socialistas, dedica muchas páginas al análisis de la derecha valenciana, así como a la abundante producción literaria sobre los asuntos identitarios.
Explicó que el número de publicaciones valencianas sobre debates historiográficos, estudios sociológicos y económicos en los últimos 30 años sobrepasa los realizados en Cataluña o Euskadi. En el libro hace un cálculo de más de 500 publicaciones entre tesis, tesinas y ediciones, así como cerca de 900 artículos.
Paniagua sostiene que el ecosistema político-institucional valenciano es equilibrado, con 20 años de gobierno del PP y otros tantos para los socialistas -los 12 de Lerma, más los ocho que cumplirá Puig-. Sin embargo, alertó que entre ambos espacios ideológicos no «existen vasos comunicantes». Un déficit que debía subsanarse, según su opinión. Pero con todo avisó que sigue pagando las cuotas trimestrales del PSPV-PSOE. «Soy un romántico», concluyó.
