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Alta Definición

Llegó Diana

Diana de Gales vuelve a la actualidad con la cuarta temporada de "The Crown"

Lo bueno de escribir sobre «The Crown» es que no hay peligro de fastidiar a los lectores con los spoilers y más en esta cuarta temporada, cuyas tramas muchos recordamos. Estos diez capítulos son tan buenos como los anteriores, acordes a su presupuesto y al maravilloso trabajo de sus intérpretes. Y precisamente la exquisitez en los detalles, en el vestuario, en rodar en localizaciones muy parecidas a las residencias reales -en su doble acepción en este caso-, la hacen tan creíble que la han convertido en un peligro para la más alta institución británica.

El secretario de Cultura, Oliver Downden, ha pedido a Netflix que avise en cada episodio a los crédulos ciudadanos de que la serie es ficción, sobre todo a los ingleses porque lo que creamos el resto del mundo debe darle bastante igual. Como relato inventado basado en hechos reales sin intención documental, cuenta con inexactitudes históricas que los indignados de turno no paran de jalear, pero que poco tienen que ver con el malestar provocado en palacio. Hasta ahora, la visión de Peter Morgan de la vida familiar de los Windsor en torno a Isabel II no había removido a la ciudadanía británica. Sin embargo, observar con tal verosimilitud los posibles preámbulos de la boda de Carlos y Diana, la presencia constante de Camilla Parker Bowles y los intentos del príncipe por separarse, cabreando a su madre como pocas veces se ha visto en la serie, han llenado las redes sociales de insultos a los Duques de Cornualles, felizmente casados desde 2005. Nada extraña que el Príncipe de Gales esté que trine porque en la bronca más airada que puede permitirse la monarca encarnada en Olivia Colman –las de mi madre eran mucho peor, claro- queda patente el débil carácter del heredero. «The Crown» ha revivido las dudas ante su cada vez más cercana llegada al trono.

Obviamente, el guion de esta temporada se basa en lo que contó Lady Di, a la que podemos escuchar de viva voz en «Diana en sus propias palabras» y conocer aún más en «La historia de Diana», estos sí documentales, también con un punto de vista inevitable, pero sin ficción. Solo imágenes de archivo y declaraciones de fuentes personales.

La casa real aún tendrá que soportar ver en las próximas temporadas el relato de lo que sucedió en 1992, año que la propia Isabel II calificó de ‘annus horribilis’, y la muerte de la ‘princesa del pueblo’. Que se vayan preparando y que dejen de quejarse que ya tienen bastantes privilegios, como le decía en la ficción la reina a su hijo en esa bronca imaginada.

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