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MÚSICA CRÍTICA

Lo mejor del año

LO MEJOR DEL AÑO

Jesús Reina (Málaga, 1986) y Josu De Solaun (Valencia, 1981) se presentaron en la SFV con un programa riguroso, comprometido y sin concesiones, lo cual ya los acreditaba, a priori, como interpretes tan serios como reflexivos. Sus estudios, premios y criticas los avalan, juntos o por separado, como representantes de la nueva generación de solistas españoles de proyección internacional.

La Sonata para violín y piano, del checo Janacek es todo un reto para los interpretes. Reina, que debutaba en València y De Solaun, cuya única presentación en la Sociedad se remonta a 2008, ofrecieron una versión firme, contundente y sin fisuras. El malagueño es un violinista de raza, meticuloso en el fraseo y pulcro en la proyección del sonido, siempre de atenta afinación. Aprovechó la calidad melódica de la Ballada para en-cantar con esmero y vitalidad. Co-protagonista (que no mero acompañante) de un piano endiablado, el valenciano impresionó por rotundidad y decisión y, no menos, por la calidad de su sonido diferenciado, tan impecable como implacable, con un juego de manos casi coreográfico.

Debussy, coetáneo del checo pero distinto por formación e influencias, ofrece en su Sonata en sol menor un mundo sonoro envuelto en claroscuros que Reina rescató con generosidad -y aparente sencillez- confirmando la bien ganada fama que le avala. De Solaun, en un momento de total madurez, dibujó el apoyo imprescindible gracias a una cuidada pulsación y un pedal administrado con exquisita elegancia.

En las Impresiones de la infancia Op.28, del rumano Enesco, el autor recupera paisajes de su niñez sin que ello signifique que son piezas para principiantes. Se trata de un mosaico de no poca dificultad, que obliga a los interpretes a colorear cada fragmento en función de su titulo. Desde el impoluto Ménéstrier pasando por el Grillo y el Amanecer final, Reina y De Solaun expresaron el trasfondo racial de la obra. Como demandaba su virtuosismo, los Aires Gitanos Op.20, del navarro Sarasate, terminaron de asombrar al publico entusiasmado y a cuyos aplausos los artistas interpretaron una emotiva pieza de Dvorak. Fue el último concierto del trimestre y, sin duda, el mejor del año.

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