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Flamenco

María Toledo: "Ahora canto como si fuera el último concierto que doy porque la inspiración es mayor"

La artista manchega presenta su último disco, "Corazonada", en el Teatre Talía el dos de mayo tras aplazar su concierto del jueves

María Toledo.

El viento que arrecia y una protesta del gremio de los hosteleros por la calle Cavallers obliga a cambiar de escenario la entrevista. En las butacas del Teatre Talía arranca la conversación con María Toledo, bajo la inmensidad del escenario y frente a la soledad de un teatro vacío, en silencio.

Toledo impone en la corta distancia. Es esa especie de cantaora de toda la vida, aunque ella se define como “cantautora”, a la que se le adivina un torrente verbal y emocional encima de las tablas como muy pocos existen en el panorama del flamenco actual. Además, su aura se acentúa porque lleva por bandera ser la primera flamenca en introducir el piano en el cante: “No soy heterodoxa, pero sí me gusta hacer una creación libre y atrevida en la que defienda mi independencia como cantaora”, explica.

Sus grandes ojos marrones, tan cálidos como profundos, lo desmenuzan todo desde el inicio del encuentro. Sus uñas rojas -como se titula el segundo de sus cinco discos- también se alzan como signo de distinción. No pierde detalle durante los cuarenta minutos de charla y reflexiona, con reposo y decisión, antes de contestar cada pregunta. “Me gusta estar con los cinco sentidos en la entrevista, como cuando canto”, aclara, tras apartarse su larga melena de la cara, protegida con doble mascarilla, como poseída por la música sin haber empezado hablar de ella. Y es que para María Toledo, “el flamenco es pura obsesión porque pienso en él las 24 horas día”, asegura.

¿Cómo valora que las salas de conciertos sigan abiertas en la tercera ola?

Es muy positivo, pero no solo es una apuesta de los teatros, si no también de los artistas porque nos jugamos las ganancias y las pérdidas en cada concierto. Estoy acostumbrada a un patio de butacas lleno y ahora hay límite de aforo para mantener la distancia, como es lógico.

El dos de mayo presenta «Corazonada» en el Talía.

He tenido que cambiar el concierto de este jueves al mes de mayo por precaución. Es el primer disco en el que todos los temas están compuestos por mí. La canción que más me gusta es «Mamá».

¿Cómo surgió «Mamá»?

Nació después de cantar junto a Lya y, cuando llegué a mi casa, me senté en mi piano y la canción salió del tirón mientras lloraba porque es un tributo al amor auténtico de los padres. Esas canciones que nacen con lágrimas son las más auténticas.

Dice que se «la juega» en cada concierto, ¿qué le motiva a hacerlo?

Mi pasión por la música. El único objetivo es que no pierda el flamenco y actúo para que siga vivo. Amo mucho mi profesión, el flamenco es pura obsesión porque pienso en él las 24 horas del día.

Entonces, ¿cómo le afectó no salir a cantar durante los meses de confinamiento?

Fue difícil, pero ahora, cuando salgo al escenario, soy una auténtica «leona». He pasado de hacer conciertos todos los fines de semana antes de la pandemia a uno por mes ahora.

La música ha sido un refugio para la sociedad estos meses.

Sí, porque ha entretenido a la gente durante el confinamiento. Esta importancia se debe valorar ahora y canalizarse en ayudas para esos músicos jóvenes que lo están pasando tan mal debido a la falta de conciertos.

En esta época de tanta dureza, ¿cómo le llega la inspiración?

Para mí, salir a cantar es una necesidad. Ahora canto como si fuera el último concierto que doy porque la inspiración es mayor. Vaciarme es una forma de agradecer al público que viene porque la gente ha entendido que estar en un teatro es ir a un lugar seguro. No se conoce ningún contagio en un concierto.

¿Qué posición ocupa el flamenco en el siglo XXI?

Ahora creo que está en pleno auge por las nuevas corrientes, pero sí que pediría que todo aquel músico que fusione el flamenco, conozca la raíz del cante. Estas nuevas fusiones marcan la evolución del flamenco.

¿Pero esas fusiones mantienen la pureza del flamenco?

Camarón decía que «la pureza no se puede perder nunca cuando uno la lleva dentro de verdad». Por eso, si el cantaor que fusiona conoce la raíz, sí que es puro. Si adapto unos tangos de La Niña de los Peines a nuestra época, ¿por qué no soy pura? La pureza es ser transparente en el escenario y mostrar esa autenticidad.

¿Cuál es la raíz del flamenco?

La raíz es escuchar una taranta de La Niña de los Peines, una soleá de Fernanda y Bernarda de Utrera, un fandango de La Paquera de Jerez o una malagueña de Antonio Chachón. Para mí, Camarón y Manolo Caracol son punto y aparte en la historia del flamenco por su forma de cantar.

¿Usted ha hecho evolucionar el flamenco con el piano?

No soy heterodoxa, pero sí me gusta hacer una creación libre y atrevida en la que defienda mi independencia como cantautora. Desde los ocho años he tocado el piano, pero tenía miedo que se viera como una falta de respeto al flamenco. Hasta que en un programa de televisión, María Jiménez me dijo que hiciera aquello nadie sabía hacer y, con mucho miedo, toqué el piano.

¿Cuáles son sus referencias en el piano?

Desde Chopin hasta Bach. Este último es el que más me marcó por su contrapunto. Las corrientes más contemporáneas como Bela Bartok o Chick Corea y las cantantes que se acompañan con el piano como Eliane Elias o Diana Krall también me han influenciado. 

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